capitulo 2

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CAPITULO 2.

El contacto de sus labios con los mios me estremecen y de alguna manera me transportan a un lugar en donde solo existimos ambos; yo....él.  Nosotros.

Aunque el beso solo dura unos segundos y él se aparta.

-lo siento blue. -oigo decir esa frase apenas.

-¿lo sientes?-trago un poco de saliba que se torna amarga ante la frase de franz-¿lamentas que esto aya ocurrido?

-no lo tomes asi, blue , yo ....

-descuida no volveré a dejar que me beses para que no lo vuelvas a lamentar.-le interrumpo.

Mi corazón me duele y comienzo a pensar que como una niña inocente me creí esta historia de amor. Esta ABSURDA historia de amor, él me besó quizás solo por agradecimiento por haberlo ayudado, pero no por amor.

Esa idea me da vueltas en la cabeza y comienzo a sentirme miserable y más que eso... muy vulnerable ante él.

Para dejar de sentirme patética tomo la iniciativa en moverme para que con mucho cuidado nos levantemos del piso.

Luego de largos e interminables minutos franz por fin queda tendido en la cama como al principio.  Ya No hablamos ,una burbuja de hielo nos envuelve por separado y nos congela poco a poco hasta volvernos desconocidos con recuerdos compartidos.

Examino su pierna herida y es un gran alivio darme cuenta que la bala  rozó su carne pero no quedó incrustada. Y aunque aún sangra si tiene los cuidados necesarios se pondrá bien.

-¿moriré? -él trata de simpatizar conmigo , pero no lo dejaré.

-quizás te amputen la pierna. Pero vivirás. -digo toscamente todavía molesta .

-¡¿que?!-dice poniendo cara de plato.

-estarás bien- le digo volviendo a atar el torniquete pero esta vez con más fuerza descargando mi rabia hacia él.

-si no me la amputas tú primero -dice entre dientes.

Le lanzo una mirada asesina y la sonrisa de su rostro se desvanece.  Por fin notó que mi enojo no se irá tan pronto como él pensaba.

Al terminar me levanto de el borde de la cama en el que me encontraba sentada y comienzo a caminar en dirección a la puerta. Mis pasos por primera vez parecen frios , crujen en la madera vieja.

-ya te vas?-pregunta con tono firme y algo ansioso.

-ya no tengo nada más que hacer aquí-le digo mientras tomo la manilla de la puerta y salgo de la habitación.  Me apollo en la puerta que ahora se encuentra cerrada y dejo escapar un largo y doloroso suspiro.

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Por la noche luego de un arduo trabajo bajo la luz del sol , devemos volver todos a nuestras habitaciones.

Oigo los pasos de los guardias crujir por todo este piso. Todos se acercan a las manillas de nuestras habitaciones minusculas  y vienen en manada... nunca es un guardia , sino cinco o diez.  Siempre alertas de cualquier movimiento. Su único error es que luego de colocarnos llave se fian de ello. Pobres ilusos que no se dan cuenta que tenemos ventana.

Dejo la luz apagada de mi habitación para no levantar sospechas como siempre. Espero treinta minutos interminables y mientras tanto saco una rebanada de pan que tenía escondida bajo mi camiseta.  Mi cama está puesta justo a el lado de una ventana desnuda que proporciona CASI la mejor vista al bosque, y observo bajo la luz de la luna mi rebanada. Es delgada , de color casi blanco y sin forma, por mi mente pasan vagos recuerdos de la comida en casa, junto a mis padres.

Recuerdo el exquisito aroma que provenía de la cosina cuando mamá estaba en casa.

Mamá , papá. Me pregunto ¿ porque la mente es tan frágil? En mis recuerdos se han convertido en caras borrosas y sombras que me acompañan y cuidan. ¿por que murieron dios?  Eh?? Es así como quieres que crea en ti?  Llenandome de dolor y desiluciones? Pues es un asco todo esto.-pienso mientras no quito la mirada hacia el exterior...hacia la libertad fuera de estas barreras. Y depronto sin previo aviso mis ojos se cristalizan y sutiles lagrimas de desesperación caen mojando mi rostro. apoderandose de mi ser.¿por que me siento tan débil?  Quizas siempre lo fui, y me enmascaraba en la coraza del odio y me llamaba fuerte cuando en realidad era una mentira. Una mentira que necesitaba creer.

Escucho el sonido del relog marcando las 12 y comprendo que ya es seguro salir, aunque bacilo unos instantes y por fin me decido a esperar unos minutos más antes de salir.

Cuando por fin estoy lista meto mi rebanada de pan en mi bolsillo y abro  la ventana suavemente. A veces corro un gran riesgo y suelo no estar conciente de que me encuentro en el cuarto piso.Es loco ¿no? Y pensar que le temo a las alturas...

Saco una pierna y luego otra y mis pies se adieren a una parte sobresaliente del edificio. El viento es húmedo y frío , fácilmente logra transpasar mi camiseta congelandome hasta los huesos.

Extiendo una escalera manual bien escondida y comienso a ascender hasta lograr llegar al tejado. Pero no estoy sola ,a pocos metros veo otra silueta sentada con los pies colgando en el borde. <es franz>.

Me siento a su lado del mismo modo con mis pies colgando en la nada, y ninguno de los dos nos dirigimos ni siquiera una mirada. ¿Algo se habrá roto entre nosotros? no lo sé,  y siendo sincera no quiero pensarlo y darle vueltas al asunto por que sé que estaré abriendo una herida que no ha cicatrizado.

-hola.-me dice regalandome una sonrisa.

-hola-le devuelbo la sonrisa.

-has estado llorando -me dice.

-tu también-le susurro.

Vuelve el silencio y yo me decido por recostarme en el tejado junto a él mirando las estrellas que esperan un poco de atención por parte de nosotros.No tardo en perderme en la inmensidad y brillo del cielo nocturno.

-porque llorabas? -tras un rato logro articular palabra.

-por melanie.

inconcientemente abro mis ojos muy asombrada....

-le ha ocurrido algo?

-está en la enfermería inconsciente.

-debe ser grave entonces. A muy pocos los llevan a la enfermería.

-solo reso porque esté bien.

-tu no crees en dios.

-pero si creo en algo que existe ... y mi corazón le resa a dios para que la salve... creeré en el si es mi única esperanza.

Por fin me decido y me recuesto mirando el cielo que pide a gritos nuestra atención. franz también se recuesta a mi lado y ambos damos un largo suspiro al mismo tiempo .

Eso nos saca carcajadas y nos miramos el uno al otro , él entrelaza sus dedos con los mios y me susurra.

-le daremos una lección a smith.

-una lección que nunca olvide-le respondo también en susurro.

1995 -tras las barrerasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora