Estaba lloviendo. Al día siguiente íbamos a quedar pero estaba claro que no iba a poder ser. Esa noche en realidad nos preocupamos mucho, ya que eran varios días los que llevábamos sin vernos. Sin embargo, no parecía que aquellas nubes se retiraran.
Y llegó el día. Sorprendentemente, habían cambiado todos los programas del tiempo y ahora ponía que hacía sol. Me pregunté: ¿Dónde están esas nubes que tanto nos han hecho sufrir? ¿Cómo narices ha podido cambiar así el tiempo? Aquello fue increíble, todo un regalo para que nosotros quedásemos.
Ver su carita ese día no tenía precio, teníamos unas conversaciones que no las tenía con nadie.
Pero aunque fuesen un poco tímidas, guardaban sus secretos entre líneas que muy tonto yo, más tarde me daba cuenta de ello.
Lo nuestro era diferente, ni bueno ni malo, sino bonito, perfecto y único. ¿A quién le gustaría tener conversaciones con tensión, que de vez en cuando te guardase un beso o una indirecta? Eso es lo mejor que hay, porque nunca sabes qué puede pasar, ¡pero sabes que algo bueno!Y qué decir tiene las fotos que nos hacíamos diez segundos antes de que viniesen mis padres, solo para poder ver el resto de la semana una foto tuya en mi móvil todos los días. Era adorable todo aquello.
Pero recuerda, ¡ha llovido mucho desde ese día! Aún así seguiré contando estas historias que tanto me han gustado sobre ti. Y yo. ¡Nosotros! ¿Por qué lamentarse? El futuro guarda de todo.
ESTÁS LEYENDO
Amistad sobre amor
RomanceTodo esto empezó un día más bien caluroso de mayo por la tarde. Iniciamos una conversación normal, y fuimos ganando confianza poco a poco... Al principio no sentí nada por ella, hasta el momento en el que quedamos... Poco tiempo después, estuvimos h...