Prólogo.

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La música sonaba a todo volumen. Notaba el suelo de aquella casa temblar bajo mis pies.

"Voy a por otra" le había dicho a mi amiga hace más de veinte minutos. Allí me encontraba, alejada de la multitud mezclando botellas de alcohol, algo que hiciera explotar mi cerebro y olvidar la vida.

-Hazme uno. - sonó una voz ronca masculina detrás de mi.

-¿Me has visto cara de chacha?- me giré mirandole fijamente.

Era un muchacho alto, tal vez de mi misma edad. Con una sonrisa arrogante de medio lado y unos ojos verdes penetrantes. Tenía una pinta de chico malo con su camisa azul marina con las mangas arremangadas, mostrando todo sus brazos repletos de tatuajes, y una media melena ondulada, cuyos rizos se hayaba apartando hacia la derecha con su mano.

-Sólo me fijé en tu buen culo. -espetó.

Revoloteé los ojos dándome media vuelta y terminando de llenar el vaso.

-Mira, si le hechas esto a tu mezcla le dará el toque perfecto. -sugirió levantando una botella con lo que parecía un líquido amarillo, para después hechar un chorreón en mi vaso.

-Espero que eso no sea orina. -reí algo desconfiada.

-Estará tan rico que si lo es no va a importarte. -sonrió dejando mostrar unos adorables hoyuelos a cada lado mientras me tendía el vaso.

Dios, aquellos estaba realmente rico.

-¿Está bueno verdad? Lo llamo el Stone. -sonrió picaramente.

-Espero que eso no sea porque 'te pone como una piedra'. -reí sarcasticamente saliendo de aquella habitación.


Siguieron pasando las horas, canción tras canción, baile tras baile, el alcohol haciendo efecto, la vida pasando. Me encontraba bailando con realmente no se quién, simplemente bailaba. Cuándo note una mirada fija en mí, mi piel se erizó, alzé la vista hacia la derecha para encontrarme otra vez con esa sonrisa arrogante. Aquel muchacho de pelo rizado me mostraba su vaso en alto, veía como sus musculosos brazos se tensaban ante el gesto. Al segundo siguiente sentí los labios de aquel tio sobre mi cuello, como me apretaba hacia él. Reaccioné empujandolo, librandome de su agarre. No sé por qué, pero por primera vez me sentía incómoda ante aquella situación.

Muchos tios han pasado ya por mi vida, algunas dirán que demasiados y me considerarán una salida. Sólo es sexo de una noche y poco más, ¿tánto importa eso? Ahora vendrá la romántica que diga 'no te regales, el amor no se regala'. El amor no existe, no es más que otro invento de la humanidad para hacer ésta mierda de vida más entretenida, para tener películas que hacer cuándo se quedan sin ideas, para escribir libros en los que los personajes mueren el uno por el otro.

Cariño, nadie muere por nadie, nosotros mismos nos mátamos poco a poco.

Ten muchos amigos, de toda clase, sin derecho o con demasiado roce. Víve la vida. ¿Tu cuerpo te pide alcohol, fiestas, sexo, algo de maria? Dáselo. No será tan malo cuándo tu cuerpo lo necesita.

Qué importa lo que hagamos en ésta vida, al final nadie saldrá vivo de ella.

Flawless. (Harry Styles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora