THE GUILTY PLEASURE (homosexual)

V

Blake maldecía mientras limpiaba la mancha de café en su camisa.

—No se va a quitar—dijo el alfa muy enojado.

Sentí miedo, no quería perder este trabajo.

—Lo siento mucho...soy muy torpe—dije mientras lo miraba sonrojado, Blake dejaba a la vista su abdomen marcado mientras intentaba sacar la mancha de su camisa.

—Eso lo sé—Gruño Blake.

Mi celular comenzó a sonar, no era un celular de última tecnología, ni de ninguna tecnología sólo servía para responder llamada y ya.

Contesté un poco nervioso.

—Joven Dylan sé que prometí no llamarlo sí no era una emergencia pero ha llegado de nuevo la mujer del otro día y dice que no se va a ir hasta que no llegue ¿Qué hago? —comenzó hablar la señora Karla, la doctora que lograba pagar con mi sueldo para que cuidara de mi hermanito.

Me mordí el labio con rabia.

—Dile que no voy aceptar su propuesta y que sí no es mucha molestia que se retire de mi casa—dije.

Mi jefe me miraba con curiosidad y cierta molestia.

—Deme esto, mira Dylan pequeño tu sabes que mi propuesta es mucho mejor y ayudaría mucho a tu hermano—dijo aquella mujer.

El alfa miraba sin entender la situación.

—Mire no quiero ser grosero pero estoy trabajando en esto momento sí quiere nos podemos encontrar en la noche hablaremos más tranquilos ¿le parece? —dije tratando de que aquella chica se fuera de su casa.

—Está bien, no faltes—dijo antes de colgar.

El alfa me miraba impresionado, era la primera vez que me veía hablar tan seguro y confiado.

—Mira chico, estoy tratando de ser tolerante contigo así que la próxima vez trata de no pensar en tu vida personal y trabaja que para eso te pago—dijo alfa mientras se limpiaba el abdomen.

No había escuchado nada de lo que había dicho mi mirada estaba en el abdomen de aquel alfa.

Nunca me ha gustado un alfa, sentía miedo de sólo pensar en uno, me da miedo lo hombres en general pero este alfa es el que peor me pone. Su olor, su carácter, su cuerpo, su sonrisa... ¡concéntrate!

—Largo de aquí, no necesito a un omega hormonal mirándome, que asco—gruño con enojo el alfa.

Salí casi corriendo del baño con toda la vergüenza del mundo.

Un pelirrojo se acercó a mí y saco un dulce y se lo dio.

—No todas las personas son muy amables, tranquilo, todos cometemos errores y eso nos hace humanos—dijo Mike sin dejar una sonrisa de sus labios.

Ese chico desde que entro en la oficina me había transmitido cierta tranquilidad que no había lograr nadie además de mi hermano ese chico me recordaba a mi hermano.

—Gracias—susurre avergonzado nunca nadie se había preocupado por mí y este mínimo acto del pelirrojo me subió el ánimo.

—No agradezcas, sólo sonríe porque eres hermoso—dijo Mike antes de seguir su rumbo hacia su oficina.

Me sonroje más de lo normal al escuchar aquel chico.

Era una buena persona eso se notaba, su mirada tenía pureza y sinceridad algo que la mayoría no tiene.

—Veo que ya conociste al pequeño Mike...—dijo un alfa muy conocido.

Connor.

— ¿Tan rápido término la reunión? — cambie de tema.

Connor era alguien tan raro que no sabía con qué locura iba salir así que mejor era evitar un poco ciertos temas.

—Ya no había más que decir, esta es la empresa de mi hermano, estamos seguros en todo sentido y además la charla de Mike me convención, él tiene algo especial, habla y te hace sentir lo que él quiera, sabe controlar a las personas. Además es el mejor en tecnología lástima que esté detrás de mi hermano—dijo aquel alfa.

Lo mire con curiosidad.

— ¿Te gusta acaso? —pregunte en un susurro.

Connor me agradaba y era buena persona, era tranquilizante hablar con él, es de lo pocos alfas con lo que puedo hablar sin temor.

—No soy marica—se ofendió Connor.

Homofóbico de mierda, eso era el defecto del mundo y de Connor.

— ¿Y porque lamentas tanto que el pelirrojo este detrás de tu hermano? —pregunte por molestar.

Lo mire con picardía.

—Porque lo conozco desde pequeño y Mike siempre ha estado para mi hermano en todo momento y nada ha ganado ni un gracias —dijo Connor con lastima.

Me sorprendí un poco, comprendía como se sentía, entregar tu vida a alguien, amarla y hacer cualquier cosa por ella y no te paga bien. Mi hermano solo quejaba y no agradecía nada de lo que hago por él.

—Que mal, pero algún día se dará cuenta, supongo—dije.

Todos nos damos cuenta tarde pero nos damos cuenta.

—Sí, pero será tarde, mi hermano no será para él y él no será feliz—susurra Connor.

Los chicos no se habían dado cuenta que Mike había vuelto a sacar unas copia a unos metros de ahí y que había escuchado todo.

—Necesito un respiro—susurro Mike para sí mismo.

Nadie imaginaba como se sentía este Omega...