"—¿Donde estoy...? —Kazunari abrió los ojos lentamente y notó que sus manos era jaladas por otras dos, trato de ver hacia el frente y se dio cuenta de que se trataba de su esposo, quién le sonreía sutilmente y la otra persona era su hija, quién saltaba y reía feliz.—Mami, mami...
El pelinegro sonrió enternecido, esa era la imagen que siempre quiso para su familia.
Volvió a pestañear y la imagen que tenía frente a sus ojos era totalmente distinta, tres figuras caminaban tomadas de la mano, la más grande era Shintarō, la pequeña que traía a su derecha era Mei y... del otro lado había una pequeña niña de cabello negro que no alcanzaba a ver su rostro, los tres caminaban dejando a Kazunari atrás.
—No...esperen, ¡Esperen! ¡No me dejen! —Kazunari corría pero no podía alcanzarles y ellos se alejaban cada vez más..."
Kazunari despertó con un fuerte suspiro y un fuerte dolor en la parte baja del vientre, fue entonces que algunos recuerdos llegaron a su cabeza al igual que sus lágrimas.
Bajó sus manos para acariciar su plano abdomen, en un par de meses sería una gran bolita y sabría que su bebé estaría dentro de su cuerpo. Un bebé de Shintarō y él. Un hermanito o hermanita para Mei.
—Por favor...tú no me odies...—Susurró sin darse cuenta de la otra presencia en la habitación sino hasta que su marido le rodeó con sus brazos fuertemente, Kazunari se quedó helado, sin corresponder a aquellos cálidos brazos.— Shin-chan...
—No te odio, Mei tampoco lo hace...los dos fuimos estúpidos, pero entiende, eres como un sol demasiado brillante para nosotros. Nuestra personalidad es...extraña.
—Llevo años tratando de entenderte, Shin-chan...¿Qué más quieres? ¿Que me humille de nuevo? ¿Que ruegue por un poco de cariño? Mei es exactamente igual que tú, yo la adoro, es mi pequeña bebé, pero no resisto que ella también me desprecie. Me duele, Shintarō, duele. Y ahora...estoy esperando otro bebé que...posiblemente, como ustedes...
—Amor...—Shintarō acarició las mejillas del pelinegro y le interrumpió con un pequeño roce en sus resecos labios.— Kazu...ya no llores, le hará mal a nuestro bebé y a ti...me dijeron que estas bajo en el peso y tienes síntomas de anemia...
— Shintarō...déjame ser libre, déjame alejarme de ti...quiero el divorcio, aunque me rompa el corazón al separarme de ti, estar así me hace mal, ¿Cuando fue la última vez que dijiste que me amabas? ¿En la secundaria? ¿En la universidad quizás...?
—¡Te amo! Te amo, joder...no sabes cuanto te amo, eres mi mundo entero, me has dado los mejores años de mi vida, lo único que cambiaría es mi forma de tratarte, fui egoísta porque creí que jamás pasaríamos por esta clase de problemas...Si pudiera me casaría contigo mil veces, Kazunari, sólo contigo.
La puerta se abrió dejando entrar a los preocupados Kagami, quienes se acercaron de inmediato al pelinegro, el cual se soltó de los brazos de Midorima para acomodarse en el pecho de Tetsuya.
El silencio reinó en la habitación, sólo se escuchaba la máquina que tenía los acelerados latidos del corazón del pelinegro. Midorima se mordió fuertemente el labial inferior y se volvió a sentar en el sillón de la habitación, no dejaría a su esposo nuevamente.
—Me ganaré tu corazón de nuevo y me voy a asegurar de no volver a herirte nunca más.
—.—
Kazunari tuvo que volver a su hogar al día siguiente, le diagnosticaron posible depresión y eso era lo más peligroso en los primeros meses de gestación. El bebé podía correr un grave peligro.
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Family in problem!
Fanfiction¿Hasta qué punto eres capaz de callar todo lo que sientes? ¿Hasta cuando seguirás fingiendo esa sonrisa? Midorima Kazunari ha estado aguantando la frialdad de su esposo y su hija, quizás ellos no saben cuanto daño le hacen al pelinegro, pero defini...