Primera Parte

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Apenas podía distinguir lo gris que esta el cielo, nublado y turbio como había estado mi racionalidad en los últimos meses, suspiro por última vez, apenas puedo sostener este lápiz blando sobre este papel, escribiendo... Mis memorias, mis arrepentimientos, mis anhelos, es parte de mi terapia, pero aunque sigo las instrucciones de mi psiquiatra, sé que esto no está ayudándome para nada, los recuerdos siguen ahí, sus ojos cristalinos mirándome con horror permanecen en mis oídos, y sus labios temblorosos apenas lograban exhalar mi nombre

"T-Taka-no-s-san..."

Cierro con fuerza mis ojos apartando esas imágenes y sonidos de mi mente, aquellos que me atormentan... Volteo para ir al lavamanos y restregarme la cara con esa fría y pesada agua de grifo, para ver mi reflejo en la lamina de acero pulida enmarcada y directamente atornillada en la pared frente a mí, mis ojos enrojecidos y las grandes ojeras que adornaban los contornos de mis ojos, peor que en el más horrible final de ciclo que haya tenido cuando trabajaba en Marukawa; no había dormido en mucho tiempo, sin evitar soñar con ese suceso de nuevo, y de volviendo a recrear paso a paso lo sucedido ese funesto día, pero no sirve de nada lamentarme sobre lo sucedido, respiro profundamente y procedo a sentarme de nuevo en la mesa y seguir escribiendo la asignación dada por mi terapeuta.

Esa noche trato de volver a dormir, mi terapeuta había suspendido la prescripción de cualquier medicamento para mi, incluyendo sedantes ya que cuando recién llegue aquí me los recetaban pero yo los iba guardando hasta conseguir una cantidad suficiente para una sobredosis, y me intente suicidar, desafortunadamente lograron salvarme y desde entonces si acaso me inyectan suplementos a la fuerza pero ya no me dan sedantes para que pueda dormir; miro este techo blanco que aun no reconozco cuando abro los ojos en las mañanas, se que inevitablemente los recuerdos fluirán en mi mente al principio solo fragmentos y pero esos trozos empezaran a vincularse unos a otros hasta formar secuencias completas y esas secuencias formaran el recuerdo que mas temo rememorar, y el que me atormenta sin cesar, y así empiezo a ver a través de mis parpados cerrados la cadena de sucesos que me trajeron aquí, a la soledad de la agonía en vida... Me ubico temporalmente en un momento que aunque plano y falto de situaciones concretas fue el terreno preparado para ese fatídico instante; recordando que ese momento, hacia 2 semanas, en las que no había podido encontrarme en las mañanas con el, el llegaba tarde, y a veces no venía a la oficina solicitando que le enviaran los manuscritos por fax a su hogar porque no se encontraba bien, trate muchas veces de entrar, para ver como estaba, lo hostigue, pero extrañamente encontré mucha resistencia por parte de él, y aunque lo amenazaba con escándalos o con aumentarle el trabajo el entregaba sus manuscritos sin darme opción para acosarlo a que me diera la cara, y el se mantenía en esa posición pasivo-agresiva, rechazando mis acercamientos pero sin hacerlo abiertamente, lo que me tenía muy frustrado por no poder verlo, ni hablar con el, y de seguro apenas pudiera tener acceso a entrar a su departamento, no me contendría de poseerlo de nuevo aun si el se opusiera, aunque generalmente solo es al principio, porque después se rendiría a los sentimientos que se que el tiene, pero de alguna manera se empeña en mantener ocultos... Y eso me estaba debilitando mentalmente...

Cuando supe quien era el, una serie de pensamientos pasaron por mi cabeza: sorpresa, rabia, venganza, curiosidad, ironía, nostalgia y finalmente miedo, porque el temor de recordar lo que me paso en mis años de universidad podría desvanecer la cordura que tanto esfuerzo he hecho por mantener, sino fuera por Yokozawa, seguramente estaría muerto o habría hecho algo horrible... Y ahora pienso que seguramente hubiera sido la segunda opción... Nunca le he agradecido lo suficiente a mi mejor amigo por eso, y en el fondo me lamento no haberme enamorado de él, de haber sido de esa forma, no estaría ahora así, ni aquí.

Con el paso del tiempo el miedo aunque subyacente fue atenuado por lo maravillado que estaba en encontrar a este nuevo Ritsu, ya no era Oda mi dulce y amoroso kouhai, sino Onodera un hombre aunque amargado muy trabajador y concentrado en su persistencia de demostrar lo capaz que era para salir adelante fue lo que me entusiasmo de él, aun cuando le desafiaba a veces incluso de forma cruel, el lo lograba, era el Ritsu que yo, el ahora curtido Takano quería tener junto a su lado, solo debía lograr que este tozudo "novato" admitiera que el me seguía amando, y lo demás valdría un pepino, no importaba si el ya venía con una carga emocional muy grande, no importaba las veces que Yokozawa se esforzaba por hacerme entender que el solo me haría sufrir y el miedo que el tenia de que no sobreviviera si Onodera me rompiera el corazón de nuevo, yo me empecinaba a seguir buscando su amor; no importaba las veces que la madre de Ritsu o la ilusa de Kohinata An se empeñaran en interponerse, Onodera gratamente se mantuvo firme con la ruptura de su compromiso, pero igualmente así lo fue en negar que aun me amaba, pero lo sentía, yo lo sentía dentro de mi corazón por la forma en que aunque sus palabras era crueles conmigo, cuando hacíamos el amor el se entregaba, aunque el pusiera una resistencia inicial cuando yo lo forzaba, sus gestos y los sonidos de su boca involuntariamente indicaban que el disfrutaba haciendo eso conmigo, lo feliz que se encontraba recibiéndome entre mis brazos, su rostro y su cuerpo en esos momentos eran honestos sobre lo que sentía en verdad y yo lo percibía, sin embargo era avaricioso, no me conformaba con solo esos momentos, quería que el me lo dijera abiertamente, sin tapujos, sin timideces infantiles... Estaba esperando mucho...

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