Todas las noches. Una, dos o casi tres horas antes de las 23:12 la veia salir de su casa.
Todos los dias acostumbraba hacer eso.
Ella se paraba delante de la acera que esta en frente de su casa. Ahi se quedaba. Caminaba, daba vueltas y de vez en cuando volteaba a ver su casa.
Yo la observaba desde la ventana de mi sala. Preparaba un te y ahi me quedaba viendola.
Una tarde de abril, fria y extraña llegué a mi casa después de un largo dia de trabajo y minutos después la vi salir. Me asome asombrado contra mi ventana y mire.
Eran las 18:12 y dije :
-Faltan cinco horas para las 23:12- miraba el reloj y tambien afuera. Son cinco horas hasta que ella vuelva a ingresar a su casa.
Estaba asustado. Pero que podía hacer. Sólo era una vecina. Como de costumbre me prepare una taza bien cargada de té y me sente con un libro cerca del ventanal mirando y cuidando de no ser visto. Me inquietaba mucho esa extraña costumbre.
No sabia nada de ella... Absolutamente nada... Solo que me robaba gran parte de mi atención. Los libros se volvieron una costumbre y verla ahí también. Quisiera saber mas que sólo esto.
Pasaron unos 50 minutos aproximadamente. Luego, sin que el aire colmara mis pulmones o antes de que yo pudiera parpadear...la vi, la vi caer al suelo tan lentamente que creo que todo sucedió en varios minutos. Antes de percatarme yo ya me encontraba corriendo para auxiliarla pero antes de que llegara se golpeó la cabeza contra la acera.
La tome en mis brazos y la lleve al coche. La sangre manchaba el tapiz que había comprado esta mañana. Su pelo cubría parte de su cara. Su respiración ya no era agitada, el ritmo disminuia y mi corazón no cesaba de latir. Acelera cada vez mas por favor. La clínica esta a 23 minutos de aquí. No importaban las reglas de tránsito en este momento, pero no me puse a pensar que ella y yo podríamos salir heridos.
Tome un atajo y llegue en menos de 10 minutos.
La volví a tomar, la cargue en mis brazos y la lleve adentro. Desesperado suplique ayuda y unos para médicos se acercaron a mi. Comenzaron a llenarme de preguntas solo y aturdido me encontraba. Balbucee lo que sucedió y la llevaron a la sala del quirófano.
Datos administrativos. Me pidieron acercarme a la recepción. Me preguntaron su nombre, familiares, parentesco. ¿Saben cual fue la respuesta?
- Es que no lo se, solo es una vecina-
Inmediatamente la recepcionista tomo el teléfono, se dio vuelta y comenzó a hablar mas bajo. No entendía lo que decía pero tampoco me importaba. Me aleje pero me quede cerca de la sala de espera.
Y eso fue... Una larga e incómoda espera. No sabia si iban a darme información. Pues no sabia nada de ella, salvo su dirección.
Comencé a temblar luego de las 4 horas esperando. Había olvidado que solo me había tomado un té.
No quería irme. Temía que cuando me fuera las cosas cambiaran y después ya no sepa nada de ella.
No vi llegar a nadie.
Nadie preguntó por ella.
Los doctores no se acercaban y yo ya no sabia que hacer. La recepcionista tampoco estaba. Supongo que su turno termino.
La noche ya era dueña de la cuidad. Aun no sabia nada.
Sentado en el sillón medite todos los días que ella paso allí... Parada... Mirando, no se, quizás el mismo infinito.
Solo quería saber si ella se va a poner bien.
Tome la revista de la mesa ratonera que estaba en frente de los sillones y comencé a jugar con ella.
Era muy tarde y aun no sabia nada. Camine hacia el quirófano y luego sale una persona.
- Doctora por favor informeme sobre la joven que esta ahí dentro, necesito saber de ella, por favor se lo suplico-
Su mirada era dulce y hasta transmitía paz, pero entre cerro los ojos y pregunto:
-¿La conoces?-
Preocupado por lo que iba a decirme si le decía la verdad, la mire, suspire y lo deje salir:
- Solo de lejos, yo la traje aquí porque se desmayo en frente de su casa, yo llegaba del trabajo y luego ella... - no pude contenerme más. Lloré.
- Tranquilo joven, todo esta bien. Ella se va a recuperar pronto pero... -
Mis lágrimas nublaban el rostro de la doctora y al escuchar eso me incorpore, sacudí la cabeza y...
-¿Que sucede doctora?-
- Hay un leve daño cerebral en el centro de la memoria... No podrá recordar nada debido al accidente-
No sabia si seguir llorando o simplemente abollonar mis sentimiento en el tacho de basura que tenia a unos metros.
La doctora me sonrió y dijo:
- Tiene mucha suerte, el golpe podría haberle costado la vida. Se recuperara pronto, tenga fe de ello.
Ella no me conocia, ni antes, ni después del accidente me conocerá. Nunca me vio. Al menos eso creo.
Al cabo de unos días me dejaron pasar a verla aunque no la conocía entre a la habitación. Ahí estaba ella. Miraba inquieta la ventana y luego se percato de mi presencia.
- Hola- dijo suavemente.
- Hola -respindi con miedo- ¿me recuerdas? - pregunte temeroso a la respuesta.
- Disculpadme pero no- bajo su miraba tratando de disculparse.
- ¿Puedo acercarme?-
- Claro, pasa.
Hable con ella casi hora y media. Me lleno de preguntas, y se decepcionó en muchas de las respuestas. Le conté que apenas la conocía, que era muy poco probable que me conociera.
Su mirada siempre fue curiosa, ansiosa. No tenia miedo. No estaba mal o con remordimiento. Era otra mujer. Casi un libro sin portada ni reseña.
Me pidió que viniera al día siguiente y así fue. Cada vez que llegaba cordaba mi nombre y todo lo que habíamos hablado el día anterior. Todo fue así hasta que le dieron el alta para que la cuiden en casa.
Había un problema, en su casa no hay nadie. ¿Quien cuidaría de ella?
Me ofrecí. Le pedí que fuera a vivir conmigo un tiempo. Durante toda su recuperación. Le prepare mi habitacion y yo dormía en el sofá. Trataba de ser gentil.
A veces se levantaba y se acercaba a la ventana. Miraba unos minutos y luego iba a la cocina a preparar té.
Me encantaba tenerla ahí, pero yo no me sentía bien. Era como si me estuviera aprovechando de la situación y de ella. Entonces hable con ella.
Ella no quería volver a su casa.
Entonces pasaron 12 años. Ella esta bien. Pero no recuerda nada aún. Solo nosotros dos. Vivimos en mi casa. Por una extraña razón no quiso entrar a su casa desde que le dieron el alta. No me preguntes por que, es que no lo se. Solo se una cosa... ella es mi esposa.
