Prólogo.

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Lo nuestro era como un cuento de hadas, vivíamos en un palacio creado con nuestros más firmes y profundos sueños, nuestra boda tenia fecha, nuestros hijos tenían nombre, nuestro lugar de descanso final era cerca de un enorme árbol, todo lo que teníamos era mágico, bello, perfecto, hasta que un día de la nada lo hermoso se desvaneció, nuestros hijos murieron, nuestros sueños se derrumbaron, nuestro hogar cayó y junto a el caí yo, envuelto en la duda y desesperación de saber que había pasado con mi vida perfecta, que había sido de mi imperfecta vida soñada, pensé por un momento que sería cuestión de unos minutos arreglarlo, pero los minutos se volvieron horas, las horas días, y de pronto cayó la noche, y este patrón se repitió tres días, cinco, una semana, hasta que el mes fue en que me di cuenta que lo nuestro era un espejo roto, con mala suerte e imposible de reparar, me corte con los vitrales de nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro incierto, unía los pedazos poco a poco, pero entre más quería acercarme más me alejabas, entre más cálida mi alma se portaba, más frio tu corazón me entregabas. Ningún ser humano puede vivir condenado de esa manera, es un crimen en toda la extensión de la palabra, hace daño al cerebro, a lo físico, a lo emocional y lo sentimental. Me desmorone, caí en el abismo donde ya no hay salida, tu mano vacilante me ofrecía una salida, no podías irte del todo pero tampoco podías quedarte, con una sonrisa me dijiste que yo te preocupaba, que creías que hasta cierto punto era tu responsabilidad tenerme vigilado, me dolió aún más, sentí que estabas conmigo por miedo a que cometería una locura y ese error se quedara contigo el resto de tu vida.

No sabía que hacer más que reconfortarme en la bebida, en el humo, ambas cosas me harían menos daño que el amor que te tengo, me quede dentro del auto, en un estacionamiento fuera de donde compre tantas cosas para embrutecer mi mente, , veía borroso, que ni siquiera me molesté en cerrar con seguro, si venia un ladrón a despojarme de todo yo lo dejaría, no pensé en mis hermanos, en mis padres y mucho menos en mis amigos, solo quería olvidar un segundo todo lo malo que me estaba sucediendo, pero el alcohol no te hace olvidar nada, al contrario acentúa el problema que tienes en mente y corazón, mis lágrimas caían sobre el trago amargo que sostenía en la mano, de mi pensamiento no podía sacar que "algo malo estoy pagando, porque Dios me está dando la peor muerte de todas, una lenta y de amor".

Cuando vine a ver un viejo amigo estaba a mi lado, solo me veía llorar, mis padres lo había llamado, estaban preocupados como jamás antes lo habían estado, el me busco por toda la ciudad, y se topó conmigo en el último lugar al que fue, eran las tres de la madrugada, y el solo me veía llorar, tiraba las botellas que estaban vacías y destapa otra para mí, con la sutileza mas grande me sacó del auto para que yo pudiera vomitar, estaba en el fondo, estaba herido, me movió al asiento trasero, me platico muchas cosas para que olvidara mis problemas, ese día describí que los elefantes no tienen rodillas y muchos otros datos curiosos, pero yo solo sollozaba, y entre sollozos me cuestionaba ¿Por qué? Y decía tu nombre a gritos ahogados, decir tu nombre dolía, y recordarte me destrozaba.

Pero no puedes conocer el dolor si no conoces de la felicidad, y por eso escribo estas cartas para ti, para que te des cuenta de lo que nos estamos haciendo, para que te des cuenta que aun después que tú te vayas yo haré todo por ti, aunque eso signifique ahogarme en la depresión.

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El Corazón que será tuyo por siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora