Capitulo 1

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El humo en el aire, el sonar de las copas, el olor a tabaco, café y licor, afuera llovía, y en la barra de aquel lugar un hombre sentado en la esquina, el cantinero serbia en silencio un trago para el, su mirada se veía cansada, debajo de un sombrero arrugado, bajo la gabardina crema, miraba su copa y con trago amargo el líquido desaparecía, la noche caía y con ella al bar entro un joven con rizos castaños y sonrisa en rostro, -Buena noche Arthur, necesito algo para entrar en calor- dijo con una sonrisa mientras el cantinero se limitó a sonreír, el hombre del sombrero lo miró, mientras el joven observaba a todas las mesas, dos grupos de ancianos, tres jóvenes, dos parejas que habían pasado por un café, -Tenemos casa llena- dijo entusiasmado mientras tomó el café que el cantinero le ofrecia y se acercó al piano, su sonrisa desapareció por un momento, tomó aire y empezó a tocar, melodías suaves para entrar en calor, el hombre del sombrero miró hacia la puerta, tras ella pasó una joven, iba vestida como camarera del lugar, -llegar tarde- dijo el cantinero buscando un mandil debajo de la barra, -llueve afuera- dijo la joven con una sonrisa mientras su mirada se dirigió hacia el joven que hacia bailar sus dedos sobre las teclas, el joven alzó la mirada al terminar la canción y ahí estaba ella, su cabello negro amarrado en una cola de caballo, sus ojos pardos le decían que la canción le había encantado, el joven se sonrojo y con una sonrisa bajó la mirada, el hombre del sombrero vio a la joven detenidamente, -Amor a primera vista- dijo hacia el cantinero, -Señor necesito sabes si tiene automóvil, si no puedo darte una copa más y pedirle un taxi- dijo el cantinero con mucha cautela, -una vez fui así- dijo el hombre con una sonrisa, el Cantinero se sintió incomodo al tener que repetir la pregunta, el hombre del sombrero quitó la sonrisa del rostro, -un trago más- y continuó viendo a la nada.

La lluvia era idéntica a la de aquel día, mojaba mis zapatos, había olvidado el paraguas y me refugiaba en la parada de autobús más cercana, el autobús pasó de largo y me empapó completo, escuche risas de las demás personas, fruncí el ceño y busque hacia mi derecha, era una joven de ojos castaños, sus labios se curvaban en una sonrisa y el brillo de sus ojos en tono de burla, no pude hacer más que sonreírle y encogerme de hombros, -necesitarás un té si no quieres resfriarte- me dijo y su voz me encantó, mi corazón se hizo pequeño y a la vez creció, sentí que mi cara se ponía de color rojo, -si, quizás- me dije mientras la lluvia paró, pasaron dos minutos de silencio el primer autobús llegó y ella se subió en el, me quede ahí parado mientras sujetaba de manera fuerte mi portafolios, Yo no creía en el amor a primera vista hasta que esa persona apareció en mi vida...

Querido Amor a primera vista:

El amor a primera vista pensaba yo era algo de cuentos de hadas, una locura que inventaban los poetas para escribir una historia, una excusa para los artistas para vender millones de discos, pero me percaté que viva una gran mentira, que en realidad el amor a primera viste si es verdadero.

Nuestras miradas se cruzaron y tu sonrisa atrapó mi corazón, tus hermosas pestañas quebradas y esos ojos que ocultaban algo, los hoyuelos en tus mejillas, lo sedoso que se veía tu cabello, el perfecto aroma de tu perfume, y lo encantadora de tu voz. Todo en ti causo un revuelo en mis emociones ese momento, sentí nerviosismo, miedo, pero a la vez alegría, Dios te puso en el momento exacto en que me había jurado que el amor no era para mí. No conozco de dónde eres, que es lo que te gusta, que fue lo que yo causé en ti, no sé quién eres, pero mi alma desea tanto descubrirlo pronto, espero volverte a ver, volver a ver esa sonrisa, me he enamorado este día... y tú eres ese motivo.

El bar cerraba sus puertas, las mesas ya habían sido apiladas, el chico de los rizos castaños metía sus propinas en las bolsas de su saco de cuadros, la chica lo miró desde la puerta –me encantaron tus canciones Leonardo- le dijo con una sonrisa, -gracias, ¿quieres que te acompañe a la parada?- dijo Leonardo con una sonrisa, -Vives hacia el otro lado- dijo ella tomando su bolso, -En serio, no pasa nada- dijo el tomando el último centavo, -andando entonces- dijo ella abriendo la puerta.

El hombre del sombrero espero afuera del bar, y con una sonrisa triste caminó, sus pasos tambaleantes, no podía estar de pie. No podía cargar su cuerpo, su alma y mucho menos su corazón.

PI sAf

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⏰ Última actualización: Apr 01, 2017 ⏰

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El Corazón que será tuyo por siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora