La muerta viviente.

Capítulo 1: Gina Eshima

Hola, soy alguien, o era alguien, no se como se me podría decir pero soy una zombie, o ese es el nombre que resibimos de parte de los humanos. No recuerdo bien mi vida pasada solo un par de cosas como usar un telefono pero nada importante como mi nombre, solo se que todos me temen.

Con justa razón lo hacen, me he comido a los de la raza humana en grupo junto con otros zombies, nadie de ellos se habla y si lo hacen solo son sonidos raros que solo entre zombies como yo entendemos.

A pesar de que se hablar como zombie, no hablo con nadie mas que con un espejo a lo que puedo pronunciar y recordar en idioma humano, no se que idioma es en verdad solo se que no es zombie y pertenece al mundo humano, todos los humanos tienen una casa, los zombies no pero yo si, nadie entra aunque no tiene puerta, no es muy grande pero no es tan chica la casa, aquí nadie tiene amigos así que no hay con muchos con quien hablar.

Me cuesta trabajo subir todos los escalones de madera de esa casa color... no se que color es no recuerdo los nombres de los colores, no recuerdo muchas cosas, pero el punto es que hay escalones rotos y no puedo controlar muy bien mis piernas al subir escaleras o correr, me tropiezo y choco con todo, pero cuando logro subir entro en la única habitación donde esta un espejo, donde sale agua de una manguera de metal y cae en un tazón de cerámica, jamás he intentado romper algo de esta casa porque no se para que sirven algunas o cómo se llaman.

Cada vez que logro subir y me puedo ver en el espejo, logro recordar cosas pequeñas de mi vida humana, lo único que puedo recordar es que era estudiante de 16 años con una familia de mamá, papá y hermana, sus rostros no los recuerdo pero si recuerdo despedirme de ellos esa mañana.

Fui a la escuela caminando cuando ví a gente correr alarmada, corrían en sentido contrario hacia donde yo me dirijia, no entendía lo que gritaban o advertían en ese momento, sólo me quedé quieta y caí en el pavimento y me "dormí", cuando abrí los ojos y me levanté tenia un apetito y ya no por cosas normales como una pizza, sino por los humanos que corrían y huían en ese momento.

Desde entonces, me parece que ya ha pasado un año, un año de ser zombie, de comer humanos, otros zombies comen en el mismo instante a sus presas y sólo se comen una parte, no somos muy comelones los zombies, podemos durar 1 mes sin comer humanos y tan sólo comer un brazo es más que suficiente, así que cuando encuentran a su comida cada zombie solo le dan un par de mordidas y se extiende aun mas el imperio zombie.

Cuando todos salimos en grupo para encontrar humanos no ataco a nadie y nadie me ataca a mi, sólo me como a los humanos que quedan tirados, es como comer las sobras, y es que no soy capaz de pensar en seguir extendiendo una raza de monstruos como yo.

Si, soy un monstruo, no puedo comer otra cosa pero quiero sobrevivir por alguna extraña razón, a pesar de no tener motivo para vivir o alguna razón para continuar siendo zombie, no podemos morir ni sentir como antes, aquí no se puede morir de hambre, lo intenté pero mis instintos de zombie se aceleraron y corrí como pude con el grupo que iba en busca de humanos y me comí sus sobras.

Tampoco podemos morir cayendo nos desde un 5° piso como los demás humanos, solo nos quedamos inmóviles unos minutos y luego parece todo seguir igual, la única forma de morir es por medio de armas de fuego de los humanos, a mi jamás me ha apuntado con algún arma, pero supongo que si quiero estar muerta debo de probar cómo se siente que tu vida dependa de un movimiento de dedo en ese gatillo de esos humanos, suena muy dramático pero quisiera saber como se siente estar es esa situación para saber que tan viva o muerta estoy.

Me siento humana al poder hablar un poco como ellos y entenderlos en sus batallas, cuando matan a medio grupo y dicen sus movimientos, ubicaciones y el número de heridos, al escucharlos sólo me alejo de sus batallas y me espero a que pueda comer algún humano herido para no contagiar lo y quede completamente muerto o muerta.

El día de hoy vamos en grupo en estas calles desechas en busca de humanos a quien comer, no sabemos en donde se ubican exactamente pero siempre terminamos encontrándolos, no importa solo vamos todos hacia algún lugar, no hay un sentido específico, todo es cosa de suerte y paciencia al caminar, podemos durar días sin encontrar humanos, solo caminamos hasta encontrar lo que buscamos, lo que podría llamar "nuestro tesoro", después de todo es lo que nos mantiene unidos en esos momentos, la comida.

No se cuanto podamos durar esta ocasión, la última vez fue cuestión de horas, era un grupo de humanos explorando el entorno, escuché algo de fronteras o límites para poder cruzar y buscar recursos, supongo que creen que todos los zombies son como yo: sedentarios, los demás solo caminan y siguen un camino sin rumbo, así que no se cuantos sean esta ocasión, si pusieron algun limite en algún lugar para ya no poder pasar y dejar de buscar comida, pueden ser muchos o pueden ser pocos humanos.

Hemos llegado, allí, en ese edificio, se puede oler a humanos, se me acelera el corazón y todo en mi se altera, sin embargo no voy a correr junto a todo el grupo, me esconderé, como siempre, espero a que ellos vallan tras ellos, pueda contar a todos los humanos que haya, todos los que dejen vivos y todos los que yo pueda comer, solo me espero.

Entramos todos al edificio y entramos a una habitación enorme, se le podría decir que es un almacén enorme, empiezo a escuchar sus armas e intento entrar al almacén y poder estudiar mi forma de alimentación o mi técnica de ataque, me intento esconder entre estos fierrros atravesados por plataforma de metal, creo que se llaman... ¿bases? no se, llegan desde el techo hasta el piso con cajas encima de estas bases, nadie me logra ver, mi corazón sigue acelerado pero me puedo controlar.

Me he caído y estoy en el piso, retrosedo lentamente intentando esconder me aquí cuando choco con algo... o alguien... no se como reaccionar, es un humano varón, tes clara cabello obscuro y ojos bonitos, tiene chaleco antibalas y unos pantalones y botas militares, tiene un arma en su mano, creó que me intentará matar.

-Hola, ¿te encuentras bien?- ¿acaso no nota que soy zombie? cree que soy humana, creo que debo seguirle la corriente.

- Hola- lo pronuncio con voz seca- me encuentro bien- creo que no sospecha nada.

- Ven, da me tu mano,- me estira su mano que tiene colocada una muñequera- te curaré mientras ellos terminan con esas bestias-¿qué se supone que debo hacer? sólo lo miro a los ojos y no digo nada, de repente solo logro estirar mi mano hacia la suya y me ayuda levantarme.

Me levanta de la nada me carga, se siente extraño e incomodo que haga esto, no sabe que soy zombie pero ¿por qué? creo yo que es muy evidente.

Ahora que lo noto mi corazón se ha calmado, no tengo instintos de comerlo o hacer algo similar, se dirije a algunas puertas hasta llegar a una habitación con una mesa de plataforma alta, me dejó acostada en la mesa y por unos momentos se apartó, no se como reaccione cuando sepa que soy una zombie.

- Muy bien, ahora sólo dejame examinarte- ahy no, me matará pronto.

- Esta bien- digo con voz débil, jamas me había acostado desde que soy zombie, se siente relajante, no se si me podria dormir.

- Un momento,- examina mis ojos y mis brazos- tu... no eres humana- me apunta con su arma en la cabeza y lo único que puedo hacer es poner... ¿las manos arriba?

- No lo soy- es lo único que puedo contestar.

-¿ Cómo puedes hablar?

-No lo se, es algo que solo digo y entiendo.

-¿Entiendes le que te digo?

- Si

- ¿Entiendes lo que dices?

-Si- se queda callado por un momento, no deja de apuntarme en la cabeza.

-¿Cuál es tu nombre?

- No lo recuerdo- se vuelve a quedar callado y me quita el arma de mi cabeza.

- Eres una zombie diferente, debo de conocerte mas, así que eres un gran descubrimiento, no me quisiste comer y sólo te escondiste, no es una conducta normal, ¡puedes ser la respuesta a la cura! te llamaré Gina Eshima- lo dice todo con emoción y entusiasmo- tu nombre Gina significa plateada, por tu cabello plateado y Eshima significa intención bendecida y verdadera.- no lo puedo creer, no lo entiendo lo que quiere decir, ¿me matará? ¿me dejará ir? ¿qué hará?.