3 am y sigo pensando en ti. No pasa minuto del día en que no lo hago desde que partí. Sí, yo partí pero no fue una despedida, ahora lo entiendo, fue un hasta pronto mi amor.
Hasta pronto a mi cielo estrellado, hasta pronto a mi otoño con todos sus colores, hasta pronto a mis edificios con luces encendidas, a mis paseos con música alta, a mis conversaciones a altas horas, a no dormir por observarte, a no poder dejar de mirarte porque sabía que había encontrado a el hombre.
El hombre que me quitaría todos los suspiros, el hombre con el que quiero despertar cada día de mi vida, el hombre del cual quiero un abrazo y un beso a cada instante, el hombre al que necesito ver día a día. Día a día cuento las horas que faltan para verte de nuevo, ver de nuevo esos ojos que me hacen perder la cordura, esas manos que me hacen erizar, esa risa que alegra mi corazón, esa piel tan perfecta que se pierde con la mía.
Mío, mío quiero que seas por siempre y para siempre. Siempre es el tiempo que quiero estar contigo. Contigo hasta la eternidad. Eternidad es el tiempo que nos queda.
Un otoño eterno con un Cielo estrellado, muchos edificios con sus luces encendidas, muchos paseos en carro con música alta y muchas noches sin dormir por observarte. Observar al hombre de mi vida.