EL TIEMPO NO CURA NADA

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Es mentira, El Tiempo NO cura los males del alma, no cura nada, solo te ayuda a acostumbrarte a lo que ya no puede ser, es inevitable recordar, sé que lo debo aceptar, lo sé, pero como no recordarte cada día, si tu partida, marco mi vida. Fuiste tú Oswaldo; mi hermano, amigo, el amor de mi vida, mi confidente, mi concejero y hasta mi juez.

El tiempo no cura nada, las noches se hacen a veces... tan largas, recordarte es un aliciente, para seguir adelante con el mismo tesón de siempre, tal como me enseñaste, para no pensar y decaer en la nostalgia, al recordar tu partida apresurada y dejar tantas incógnitas por responder.

El tiempo solo nos invita a recordar esos momentos que desde la adolescencia, descubrimos, aceptamos, fingimos, compartimos, sin condiciones, pero con el más grande Amor y respeto que nos profesamos, cuando aún muy jóvenes éramos. La noche me invita a escribirte líneas ya no leerás, pero me queda la tranquilidad que en vida, tu y yo nos comprendimos en todo momento, nos confiamos todo, al punto de no guardar secretos, abrimos nuestras almas y sentimientos.

Guardo en mi cofre encefálico el cascabel de tu risa y en mis momentos de soledad y silencio, la dejo escuchar para calmar las inquietudes de mis sentimientos.

Sé que vendrá a buscarme un día, el tiempo dirá cuándo, sé que ahora estás cerca muy cerca de mí, porque eres el ángel, que Dios, el Amor y el tiempo me asigno. El tiempo y la distancia nos enseñaron a comprendernos y a comunicarnos sin emitir sonidos. Solo tu mente y la mía conectadas en armonía, aún recuerdo el día que como loca me fui a Caracas porque era la última vez que te vería, y así fue, logre darte un beso en tu frágil cuerpo y escuchar aquel débil "TE AMO Coco", tras una lagrima rodar por tus mejillas y era el tiempo que me aviso que te ibas. Mi corazón se encogió de tristeza y rencor a Dios, odie la vida, y llore toda esa tarde, hasta dormirme en mi lánguida tristeza, Dios había decidido llevarte a su lado. Aun revivo el momento.

Mucho tarde en comprender tu partida y agradecer a Dios por evitarte tanto sufrimiento, solo sé que aun te amo, que tu voz no se apagará mientras yo viva, escucharte, es tenerte cerca muy cerca, vivirás en mi por siempre amor. Por siempre y ni el Tiempo borrará tu rostro, tu voz y tu risa de mi memoria. Dios te de Oswaldo el descanso eterno.

Luisa González- Ña Coco - Valera 2016

rtY 

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