Aún recuerdo cuando la conocí, fue sin desearlo, sin darme cuenta que me cambiaría la vida, a mí...
A mí, una de las personas más frías y culeras que pueden existir en el mundo, que después de decepciones por cuestiones personales y que no involucran sólo el amor de pareja, había perdido esperanza de todo tipo, siendo infiel a todo, vivía el día a día, sin mirar un futuro o algo que me llenara por completo.
Sin embargo ése día, al verla pude admirar su belleza, era la niña más hermosa de todas, me quedé atrapada en su mirada, no había visto unos ojos tan hermosos en mi vida y una sonrisa apareció en mi rostro, unas tremendas ganas de saber su nombre llenaron mi mente, junto a ella estaba una chica que conocía y de inmediato nos presentó -Xanai ella es Haxel- dijo mi conocida, un nombre poco común, yo jamás lo había escuchado y me pareció muy bonito.
Todo esto pasó en un receso, por más cansada que estuviera de las clases, al verla para mí fue un descanso, esos ojos color miel, su cabello color café obscuro, sus labios que de tan sólo verlos supe que eran tan dulces como el sabor de una cereza, sus manos más pequeñas que las mías, era más pequeña que yo, no importaba que trajera el uniforme del colegio, para mí era hermosa. Al terminar el receso yo le había comentado que parecía muy delgada -¿Cuánto pesas?- le pregunté- No lo sé, hace un rato que no me peso- me dijo sonriendo- Déjame cargarte en mi espalda, tengo curiosidad por saber cuánto pesas- le dije y casi de inmediato aceptó, saltando sobre mi espalda, le cargué y no miento al decir que una sonrisa apareció en mi rostro y mi corazón se aceleró peligrosamente, delatando un sentimiento impropio para la situación, salí corriendo sentido contrario a su salón, ya que el mío quedaba justo sentido contrario, mientras ella pedía que la bajase ya que llegaría tarde a su clase, subí las escaleras llegando a mi salón, una amiga hizo que la bajara para que pudiera irse a su salón, al soltarla corrió y se detuvo justo antes de dar la vuelta a mi salón, volteó, se rió y siguió su camino.
Después de eso, tuve el interés por saber de ella, nunca me había sentido de esa forma, en ése tiempo la agregué a mi red social para poder hablar con ella y preguntarle si había llegado a su clase a tiempo, ya que me quedé con un poco de culpa por haberla traído conmigo, cuando aceptó mi solicitud al instante inicié conversación, sin embargo fue una de las peores conversaciones que hice, ya que le hice una pregunta (Déjenme decirles que si inicias una conversación con una pregunta muy cerrada, no tendrás más temas de conversación, si no quieres ser más obvio/a de que te interesa y no parecer acosador/a) y obviamente ella sólo respondió lo que le pregunté, no quise seguir con la conversación porque no sabía qué más decir, me atacaron los nervios y pues la sentía cortante, otro motivador para dejar de hablarle.
Pasó una semana más o menos de eso, cuando un compañero de mi salón llegó diciendo que le gustaba una niña, alardeando de que era muy bonita - Y ¿Cómo se llama?- le pregunté sonriendo- Xanai- respondió con una una sonrisa en su rostro, mientras que la mía desapareció casi de inmediato, sin embargo pensé en la probabilidad de que fueran la misma chica, ya que a pesar de que dije que era un nombre poco común, por obvias razones no conocía ni a la 4ta parte del colegio, pensé que habría más chicas con ése nombre que no conocía -Deberás señalarme en el receso quién es, porque no tengo ni la más mínima idea- le dije bromeando, él solo dijo que sí y siguió hablando de ella, al llegar el receso yo había olvidado el asunto de mi compañero, pero al parecer él no, de la nada se me acercó y señaló la chica que le gustaba... Por Dios, era ella, era la Xanai que acababa de conocer, al verla sentí como mi corazón se aceleraba y un choque eléctrico recorría mi cuerpo, fue como un sí me hubieran dado un golpe en el estómago, no sabía qué decir, pensar o sentir, me daba alegría por él, ya que tendría más oportunidad que yo, aunque la desilusión y tristeza no tardó en llegar, pero mi decisión fue no intentar nada.
No voy a negar que con el paso de los días era cada vez más incómodo escucharle hablar de ella, pero jamás le dije, sentí que sería algo complicado o difícil de entender, no estaba dispuesta o preparada para decir tan tranquilamente que me atraían las niñas, callada sin decir más nada, veía cómo se iba relacionando con ella...
Hasta que un día, él me pidió hacer una carta y un dibujo para dárselo, me entregó las cosas para hacerlo y al inicio me negué, pero después de tanto insistir acepté, al iniciar cada palabra que escribía era una punzada en la mano, resonando en mi cabeza, tratando de transmitir los sentimientos de otra persona ¿Estaba idiota? ¿A quién engañaba? Era lógico que los sentimientos que escribía no eran los suyos, sino los míos. Terminé con la carta y el dibujo, ése dibujo que tarde haciendo horas para que quedara perfecto, ya todo estaba listo, nunca supe lo que dijo sobre eso, hasta que un día me pidió entregarle algo -Haxel, necesito un favor ¿Puedes entregarle esta carta a Xanai?- me preguntó- No creo... No me hablo con ella, será mejor que le digas a alguien más- le respondí- Por favor, no importa que no hables con ella, estaría mejor, anda Haxel por favor- siguió insistiendo hasta que acepté ¿Porqué a mí? No tengo idea, teniendo otros 43 compañeros, pero vale... Era la 2da vez que tenía contacto con ella, tardé muy poco en encontrarla, estaba en las escaleras que comparten preparatoria y secundaria, sentada con sus amigas, el problema no fue no encontrarle, sino que no fui de inmediato, porque me costaba trabajo acercarme, hasta que sonó la campana señalando el final del receso, me acerqué casi corriendo alcanzando a tocarle el hombro para llamar su atención, en cuanto ella volteó a verme pude ver sus ojos (Casi pierdo la noción de lo que iba a hacer) -Disculpa, te mandan esto- tratando de ser lo más indiferente posible le entregué la carta, me di media vuelta y traté de salir de esas escaleras rápidamente antes de que se llenarán de alumnos dirigiéndose a sus respectivos salones -¡Oye espera!- me habló casi gritando, que no pude evitar no voltear -¿Quién me la manda?- preguntó, recuerdo sonreírle e irme de ahí sin decir una sola palabra. Cuando iba de camino a mi salón, ya que como dije era sentido contrario al de ella, no podía dejar de sonreír por haber estado cerca de nuevo, pero al llegar al salón no me duró la felicidad ni 5 minutos al ver a mi compañero, esa sonrisa que tenía, desapareció, cuando me dijo que saldría con ella y le pediría que fuera su novia.
Después de un par de semanas, un día llegué al colegio de lo más casual y tranquila, nada en especial pasaba por mi mente, sólo el día a día, cuando de pronto vi llegar a mi compañero y supe que ése día jamás lo iba a olvidar...
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Entre siempre y jamás
Romance-¿Para siempre? -Hasta mi final ¿Pero qué pasaría si ya no hay un "para siempre" o un "final"? Paciencia que toda buena historia, no empieza al instante como pareja (Siéntate ponte cómodo/a y agarra una bebida, esto apenas comienza)