Barisol tenía un hijo único.
Él se llamaba Behemo. Siempre tuvo un comportamiento inusual, era alguien retraído que solía apartarse de los demás. Era alguien realmente hermoso y carismático, pero no había ninguna persona que se atreviera a acercarse.
La razón era simple, su madre fue precisamente quien la descubrió.
Le había robado las ropas, el maquillaje. Se vestía como una mujer. Eso explicaba muchas cosas de su comportamiento, pero nunca lo habría sospechado. Simplemente dejó que hiciera lo que quisiera.
Pero este comportamiento solo llevó a que estuviera completamente solo durante toda su vida.
Esto llegó a un punto en el que el propio Behemo al conseguir novia (una criada de su madre), solo la utilizaba para quitarle sus hermosas vestimentas. Ella al enterarse lo llamó enfermo, lógicamente.