I. "No quería lastimarte." [Lutteo]

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2 años atrás, Matteo pensaba que jamás llegaría a sufrir por amor, pero ahí estaba, escondido en los lockers del Jam & Roller, llorando desconsoladamente.

Lo peor era que imágenes de Luna pasaban por su cabeza como un flash, y eran imposibles de parar; el olor de su cabello, su hermosa sonrisa, el tacto de sus labios, y luego, cómo vio su corazón romperse a través de sus dulces ojos verdes.

"¿Matteo? Hermano, ¿qué pasó?" Le preguntó Gastón, con una expresión genuinamente preocupada al encontrarlo tirado en el piso, con lágrimas cayendo por sus mejillas.

"Corté con Luna." Respondió, y su voz se quebró.

"¿Cómo? ¿Por qué?" Se sentó junto a él.

"No quiero que sufra si me voy a Oxford, mejor terminar las cosas ahora."

El cordobés definitivamente no estaba de acuerdo con la decisión de su mejor amigo, pero no era momento para reprocharlo, debía apoyarlo y estar ahí para él, tal vez luego le daría su opinión.

"Vení acá." Dijo, rodeándolo con sus brazos y abrazándolo. "Vamos a mi casa, no te voy a dejar solo."

-

"Nina, contesta por favor." Dijo Luna a su teléfono, mientras caminaba en dirección a la mansión Benson. "Te necesito."

Matteo había terminado con ella.

Decir que se sentía mal era poco; se sentía horrible. Era como si le hubieran arrancado el corazón, para lanzarlo al suelo y luego pisarlo, o como si le hubieran enterrado una daga justo en el pecho.

Y sí, se lo esperaba, pero no entendía el porqué. Todo estaba bien, pero un día él comenzó a actuar extraño, a distanciarse; se perdía en su mundo, consumido en sus propios pensamientos.

Pero se preguntaba: ¿acaso hizo algo mal?

Al verse frente a la mansión, limpió las lágrimas que involuntariamente caían por sus mejillas, y entró sigilosamente.

No había nadie en la cocina, para su suerte. O eso creía.

"Mónica, ¿podés..." comenzó a decir Ámbar, entrando al lugar. "¡Lunita! ¿qué pasa? ¿Por qué estás así?"

Su cinismo se detectaba a kilómetros de distancia.

"Nada, Ámbar, estoy bien, de verdad." fingió una sonrisa, pero era muy mala actriz, y no resultó.

"Dejame adivinar, es por Matteo." justo en el clavo.

La mexicana asintió, rendida.

"Ay, Lunita. Él es así, un día está, y al siguiente ya no." dijo con (falsa) compasión. "Igual, era obvio que lo suyo no iba a funcionar, son muy distintos. ¿De verdad pensaste que era capaz de querer a una chiquita como vos? Lo único que hizo fue jugar contigo."

Más lágrimas comenzaron a correr por las mejillas de la petiza, y aunque intentara pararlas, era imposible.

"Ay, perdoname. No quería lastimarte, sólo quería que te dieras cuenta de la realidad." se acercó a ella y la abrazó.

Luego, se fue de la cocina con una sonrisa en el rostro.

Luna no quería que Ámbar se metiera en su mente, como siempre hacía para manipularla, pero era imposible no pensar en todo lo que había dicho. ¿Y si era verdad que Matteo había jugado con sus sentimientos todo el tiempo, para luego lastimarla? Al fin y al cabo, ambos eran muy distintos, ¿por qué él, un chico popular que podía tener a cualquier chica a sus pies, se había fijado en ella, una chiquita distraída y obstinada?

SOY LUNA ONE SHOTS 🌹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora