III. "Querido Simón" [Simbar]

1.5K 101 9
                                    

Querido Simón:

Primero que nada, quiero darte las gracias por cuidarme, por acompañarme, por levantarme cada vez que caí, por estar siempre que te necesité, y sobre todo, por demostrarme que no necesito ser perfecta para que alguien me quiera. Fuiste lo mejor que me pasó, y probablemente no encuentre jamás un amor tan real como el que nos tuvimos, y aún nos tenemos, ese amor que despertó cientos de cosas en mí, y que sacó una Ámbar que jamás nadie había conocido.
Te amo, te amo, te amo con todo mi corazón, por favor, no te olvides de eso. Sé que tú también me amas, mucho, pero a veces amarse no es suficiente. A veces, hay cosas que hacen estos romances se vuelvan polvo, sólo un recuerdo. Y en este momento, hay algo en nuestro camino, algo que hace que te escriba esta carta.
Mientras lo hago, lágrimas no paran de rodar por mis mejillas, y trato de evadir la palabra más difícil que he tenido que escribir en mi vida. No por su complejidad gramatical, sino, porque si lo hago, me destrozaré el alma, y haré lo mismo contigo. No quiero, pero debo hacerlo. Está bien, lo haré. Simón, por favor, no olvides que te amo más que a nadie.
Terminamos.
Esto es por tu bien, lo prometo. Si no lo fuera, créeme, no lo haría ni por todo el dinero del mundo. Así que, mi amor, este es mi último adiós. Y perdóname, también, por ser tan débil y cobarde, y no ser capaz de decírtelo frente a frente.

Lo siente, y te ama infinitamente

-Ámbar Smith.

"No, no, no." Dijo Simón, al terminar de leer la carta, con la voz quebrada y lágrimas corriendo por su rostro.

Su corazón se había partido en dos, y parecía que toda la felicidad del mundo se había extinto. Todo al rededor se volvió oscuro en cuanto leyó la palabra "terminamos".

Desearía no haber abierto su locker, desearía que esa carta no hubiera caído directo en sus manos, desearía que Ámbar no hubiera terminado con él, que todo siguiera como antes.

Ámbar Smith era su mundo, su hogar, su todo, ¿qué haría sin ella?

No podía pensar, no podía moverse, con suerte podía respirar. Sentía como si le hubieran arrancado el alma.

Salió de los lockers, sintiendo el cuerpo pesado, y los ojos ardiendo, para así irse, no podía seguir ahí ni un minuto más.

Cuando se dirigía a la salida, fue detenido por una voz femenina.

"Simón, ¿a dónde creés que vas? Tenemos reunión de equipo en 2 minutos. Andá a la cafetería, ya." Dijo Juliana, la nueva entrenadora del Roller, algo enojada.

"Es que-" comenzó él.

"Nada de 'es que', andá. Es importante." Lo interrumpió, para después seguir su ruta.

Al llegar a la cafetería, ya estaban todos ahí: Luna, Matteo, Gastón, Jim, Yam y... Ámbar. No sabía que haría cuando se acercara; ¿le dirigiría una mirada, una palabra, algo? ¿alguna explicación? Había dejado en claro, en la carta, -implícitamente- que no diría la razón, pero en ese momento, lo único que necesitaba él era un porqué.

Se unió al grupo, observó a la rubia frente a él, que se encontraba mirando hacia la nada, sumida en sus propios pensamientos, evitando mirarlo a la cara. Su mirada se veía apagada, y su presencia se sentía fría, y melancólica.

"Bueno, equipo," comenzó a decir Juliana, una vez que apareció. "Se viene una nueva competencia intercontinental, y debemos destacarnos más que nunca."

Bla, bla, bla, patines. Bla, bla, bla, competencia. Eso era todo lo que el cerebro del mexicano era capaz de retener; ¿cómo iba a poner atención, teniendo a Ámbar tan cerca, pero a la vez tan lejos?

"¡Ámbar, Simón! ¿Qué les pasa hoy?" Gritó, llamándoles la atención. Ambos, accidentalmente, cruzaron miradas, y sus ojos se llenaron de lágrimas.

"Yo- perdón." Musitó la chica, para luego irse corriendo del lugar. No podía más.

"Lo siento." Dijo también el mexicano, con la voz entrecortada, para irse corriendo tras su, ahora, ex. "¡Ámbar!"

No obtuvo respuesta, la chica sólo seguía corriendo, y, por Dios, sí que era rápida.

Llegaron a un parque, cuando finalmente pudo alcanzarla y agarrarla del brazo, para que lo mirara de una vez.

"Simón, por favor, soltame."

"No, hasta que me expliques por qué terminaste conmigo."

"T-te lo dije to-todo en la carta." Tartamudeó, aguantando las lágrimas.

"No, no me explicaste el porqué." Suspiró. "Tan sólo quiero saber, ¿hice algo mal? Esto es mi culpa, ¿no?"

"No, no es tu culpa." Negó con la cabeza.

"¿Entonces...?" Dijo, esperando una respuesta.

"Es mi culpa. Yo- yo no soy para ti, Simón. No soy suficiente. Vos merecés a alguien que sea buena; alguien que no haga berrinches ni monte escenas de celos frente a todo el mundo." Miró hacia el suelo, algo avergonzada. "Lo único que hago es causarte problemas, y aunque haya cambiado, me demoraría mil años en merecerte, en ser digna de vos."

"Ámbar..." le dirigió una mirada compasiva.

"No, nada de 'Ámbar...', no vas a cambiar mi opinión. Terminamos, y ya."

"No puedes decidir lo que es mejor para mí, y ya." Habló, firme. "Tú me haces bien, Ámbar. No me importa que seas una chica algo difícil, ni que a veces hagas 'berrinches', yo te quiero así, tal como eres; con tus defectos, tus debilidades, tú, completita. Me haces feliz, y sin ti, no soy nada. Me siento vacío, incompleto. Te necesito."

Se miraron fijamente durante un rato, sin mover ni un dedo, hasta que la rubia renegó.

"Basta, Simón, no hagas esto más complicado."

"¡Tú lo haces complicado! ¡tú quieres que terminemos 'por mi bien', cuando sabes que lo único que logras haciéndolo es lastimarme!" Exclamó, estaba algo alterado. "Te amo, Ámbar, y aunque peleemos, aunque seamos de mundos opuestos , e incluso aunque nos lastimemos, lo único que quiero es estar contigo."

Ella se mantuvo quieta, algo impactada durante unos segundos. Luego, reaccionó, y puso sus labios sobre los del mexicano, haciendo que hasta chispas saltaran, metafóricamente hablando.

"Yo-" volvió a hablar Ámbar, una vez que terminaron de besarse, presionando su frente contra la de él.

"Sh," la calló. "No digas nada. Sólo abrázame."

Y así, se fundieron en un dulce abrazo, con sus cuerpos pegados uno al otro. No importaba que fueran polos opuestos, o que pelearan seguido. Lo importante, era que se amaban, profundamente, y que sabían que se hacían mejor persona el uno al otro día a día.

-

Y bueno, este es algo parecido al primer one-shot que subí, el Lutteo, pero bueno, no importa, ¿o sí? Próximamente, se vienen unos buenísimos, inspirados en algunos edits de mi acc de instagram; lovelylutteo.

Por favor, comenten, ¿qué hago con gastina? tengo 0 inspiración con ellos, a pesar de que me encantan.

Y eso, Cata se despide, peace out.

-C.

SOY LUNA ONE SHOTS 🌹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora