El mejor momento del día es el momento en el que estoy en la ducha, debajo del agua, centrada únicamente en las gotas que caen sobre mi cuerpo y eriza mi piel, centrada en la sangre que corre a la par del agua, centrada en la cuchilla que mantengo en mis manos y deslizo encima de mi cuerpo, de mis brazos, de mis piernas, de mis venas. En ese momento sólo me centro en morir, en que esta mierda de vida que sujeto viva día a día cada vez con menos fuerzas se acabe y yo y todos mis días acaben y yo desaparezca del mapa, sabiendo que nadie me echará de menos. Y justo en ese momento del día Todas las voces y sombras que veo desaparecen, todos los problemas de mi cabeza, se esfuman, todos mis temores se van, como el agua y la sangre por el plato de ducha. Justo en ese momento del día me siento feliz, me siento liberada, cual pájaro al salir de su jaula.