Erowings "Dawn Of Victory"

Capitulo 60

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Solté un bufido y me coloque la capucha de mi capa para continuar mi camino hacia el reino Drower.

Como esperaba, los rumores corren rápido y he escuchado a muchas personas hablar sobre la muerte de uno de los Painless. He tenido que contenerme demasiado, ya que algunos idiotas habían dicho que se alegraban de que uno de los monstruos más peligrosos del mundo haya desaparecido.

Sin embargo no puedo hacer nada para cambiar de parecer a esos idiotas, fue culpa de los superiores aquella horrible reputación para los Painless, y... odio admitirlo, pero también fue culpa de Lester y Marcus.

Aun así, me siento verdaderamente molesta cuando escucho hablar a personas o criaturas de una forma tan repulsiva, ellos no saben nada de los Painless, no saben nada de mi familia.

Llegue finalmente a las puertas del reino Drower y en cuando los guardias me reconocieron, mandaron un fino carruaje a recogerme, a pesar de que les había dicho que no era necesario.

Subí al carruaje y me recargue en sus suaves asientos, el camino hasta acá me había dejado agotada, o mejor dicho, estos últimos días me han dejado completamente agotada, estoy agradecida de que mi cuerpo tenga un mayor rendimiento al del humano, pero como Erowings, nuestra principal fuente de vida, ha estado muy escasa en el reino. El amor.

-Bienvenida de vuelta señorita, por favor, pase a la sala- Me sobresalte al escuchar la voz de una de las doncellas que servían al rey Tharos, abrió la puerta del carruaje e hizo una reverencia- Enseguida llamo al general Nan-

-Si... gracias- Salí del lujoso transporte y me dirigí a la enorme sala, tome asiento en uno de los sillones y suspire, había llegado el momento de enfrentar al rey Tharos y disculparme con Nan por condenarlo a una vida con una esposa muy chillona.

Me ofrecieron una copa con vino y la acepte agradecida, pero antes de que pudiera deleitar a mis papilas con el delicioso jugo vi el reflejo de mi rostro en la gran copa de plata.

Tenía ojeras, mis ojos estaban rojos, mi cabello se veía sucio así como mi rostro. Solté un pequeño grito, deje la copa sobre la mesa de centro e intente arreglar mi cabello.

-¿________?- Grite y me puse de pie bruscamente, mire a Nan, quien había remplazado su blanca sonrisa por una mueca de confusión- ¡Por los dioses¡ ¿Qué te ha pasado?-

-Nan...-Musite-¡Nan!- Me lance a sus brazos.

-¿Eh? Oh... ¿Qué pasa?- El se ruborizo.

Me separe de el- Tenemos... tenemos... te... ¡el compromiso! Yo... Niall...- Solloce- Todo... es un caos-

Nan trago saliva y miro alrededor, había un par de doncellas limpiando sin embargo note que algunas nos miraban de reojo y estaban listas para escuchar- Vamos a mi habitación- Tomo mi mano y corrimos por las escaleras hasta llegar a un pasillo el cual nos dirigía hasta su habitación. Entramos y cerró la puerta tras el- ¿Qué ha pasado?-

-¿En donde esta la espada?-

-Conmigo, aun la tengo... ________ ¿Puedes dejar de asustarme y decirme de una vez que ha pasado?-Me miro preocupado- ¿Recuperaste a tu pequeña?-

Asentí- Si... si, ella... ella esta a salvo, no hemos tenido noticias de Niall pero confió en que regresara con mi hijo-

-¿Entonces?-

Mordí mi labio inferior- Los ángeles de afrodita nos han declarado la guerra y no solo eso... mataron a otro de los nuestros-

Los ojos de Nan se abrieron como plato- ¿Guerra? ¡Están completamente desquiciados!-Comenzó a caminar de un lado a otro- Espera... ¿A quién...?-