En un claro en el bosque se encontraba caperucita roja recogiendo flores, la pequeña sonreía mientras las olía, corto las que le parecieron más bonitas, planeaba llevárselas a su abuelita. Detrás de ella una figura peluda bastante lastimada se acercaba hasta que se detuvo justo detrás de ella.
—Hola lobito—dijo caperucita sin dejar de sonreír mientras cortaba las flores.
— ¿Qué haces caperucita?— pregunto el lobo, por sus ojos parecía que fuera a colapsar en cualquier momento.
—Corto flores para mi abuelita.
— ¿Abuelita...? Hehehe...Te atreves a llamarla abuelita después de lo que hiciste... Me golpearon por tu culpa, yo todos los días visitaba a tu abuela, nos llevábamos bien y de un día para otro apareció muerta...Devorada. ¿Sabes que paso después? Me culparon; el leñador me abrió la panza llenándola de piedras para después arrojarme al rio. Nadie me creyó que quien se comió a la abuelita fue su propia nietecita.