Pensándolo bien creo que todo el mundo merece la suerte de un amor recíproco. Ese sentimiento que te hace sentir mariposas en el estómago cada vez al ver a la persona, que ni el tiempo ni la distancia es capaz de interferir. Que alguien llame para escuchar su voz antes de dormir, y que no tenga miedo de expresar sus sentimientos. Amar y ser amado es demasiado bueno.