Jugábamos Xbox con mi dongsaend Jihyun y su amigo JungKook, cuando Omma comenzó llamarme.
—hijo, Jiminie, te busca un chico.—subio asta mi habitacion.
—Su nombre es Min Yoongi, y te está esperando en la sala...
. Apretó sus puños, estaba molesto.
—como se atreve a venir a mi casa..—murmuraba en lo bajo mientras bajaba las escaleras.
—¿Q~que quieres~?
La voz de Jimin tembló más de lo que hubiera deseado, pero fue inevitable, la sola presencia de Yoongi le ponía a mil su corazón.
—Hola Jiminie, ¿como estás?...
Sus ojos se clavaron en el menor, recorriendo su cuerpo con una mirada profunda desde la cabeza a los pies.
—hy-hyung ¿que quieres?¿que haces en mi casa?
El menor no pudo evitar sentirse apenado por la penetrante mirada felina del mayor, convirtiendo su rostro en una caldera.
Jimin bajo la mirada y comenzó a retorcer el borde de su swetters con sus pequeñas manos.
Mientras que a pasos lentos, el mayor comenzó acercarse hacía el menor.
—hy-hyung, pe-pero...—sudaba, sudaba más de todo lo que había sudado con la estúpida fiebre.
Tenía mucho que decir pero los nervios lo traicionaron paralizando su lengua.
El mayor pudo notar los nervios de su dongsaend, plasmandolo con una ladina sonrisa en su pálido rostro.
—Jiminie , está vez tú hyung te ah venido a visitar—podia sentir el fuerte latir de su corazón cuando acerco sus finos y rojizos labios a su oído.
Las yemas de sus dedos rosaron el cuello del menor, sacando agudos suspiros.
—hy-hyung, po-porque~
—calla pequeño tu hyung vino a cuidarte...—susurro para después morder el lóbulo derecho de su oreja.
—hy-hyung, mi-mi Omma podría venir en cualquier momento~ su respiración se aceleraba intensamente.
—calla pequeño, deja que tu hyung te cuide—llevo su dedo índice haciendo una señal de silencio, a los carnosos labios del menor.
—hyung extraño los besos de su pequeño dongsaend.—tomaba al pelinaranja del cabello
Era tanta la excitación de ambos jóvenes, que olvidaron por completo que se encontraban en la sala de la casa de Jimin.
Yoongi acerco sus labios a los contrarios, para depositar necesitados humedos besos por todo la longitud del cuello del menor.
Jimin gemía sin pensar en nada más que en la dulce y pálida piel del mayor.
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—mi-mi pequeño Jiminie— los ojos de la mujer, parecían querer escapar de semejante escena.
Traía con sigo una bandeja con refrescos y galletas que ella misma avía preparado para los jóvenes.
Que no tardo en olvidar de su existencia.
El fuerte ruido de las piezas de ceramica estrellarse contra el frío suelo, iso a los jóvenes pegar un salto en su propio lugar. Para luego mirar y poner atención a lo que estaba pasando a su alrededor.
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Alguien se enteró que mi bebé tiene su cabello rojo ❤7u7
. Disculpen por la tardanza de la actualización .
Se que es corto , pero les prometo que luego vendrá lo bueno 😏
