pride.

280 46 2
                                    

- No me mires así, yo jamás te obligue a nada.

Lo único que haces es eso, obligar a todos a hacer lo que tú digas, molestando todo el tiempo, viendo como todos te tienen miedo por la forma en como los tratas, mejor dicho, nos tratas.

Jamás te cansas, toda la superioridad que te han dado tus amigos y familia te ha vuelto así, aún que no te conocí de antes, me hubiese gustado ver cuando tú actitud no era así, tan egocéntrica y molesta.

- Ya... Pa- para, no me gusta es-to.

Aunque jamás te dije que no a nada, siempre viéndome como un idiota al lado tuyo, dejando que me controles sin omitir nada, que bonito es eso ¿no? Jamás piensas en cómo me siento, me dices que me amas pero no veo sinceridad en tus ojos, me sonríes como lo haces con los demás, sólo por inercia, como sí al ver mi cara recordases un chiste. Jamás me sonríes de verdad.

Empezaste a tocarme más de lo debido, te había dicho que esto no pasaría hasta que yo quisiese, o hasta que sintiese que lo hacías por amor. Pero...

- Te amo.

Al parecer tú piensas que sí lo haces.

Puedo ver cómo te rechazas, cómo te rehúsas a amar a alguien más que a ti, jamás vi a alguien con tales sentimientos, por eso todos te odian, tu amor propio es tan gigante, capaz de tapar todo amor próximo.

- Ya no más... Mark.

Apunto de dejarme sin camisa me miras a los ojos y los cierras, me das un último beso y te vas, lleno de ira; como si yo fue el que tiene la culpa de tus actos, tan egoísta.

Creo tener la valentía de moderarte, pensando que me harás caso por mis palabras sinceras y besos enamorados. Que mal vamos.

Siempre que te hablo es como un susurro inaudible; sabes que lo hago pero simplemente nunca escuchas lo suficientemente cerca, ojalá yo pudiese hacer lo mismo, tratar de hacer oídos sordos a tus palabras, tan petulante.

Aquellas palabras que escupes con rudeza sin medir ni una, son mi canción de cuna en las noches, dejando un hueco enorme al dormir y viendo como me han servido en la mañana.

Quisiera no creerlas.

Bajó de aquella mesa y me dirijo a la ventana, veo por esta claramente como abrazas a una de tus tantas amigas y le sonríes...

Al menos es la misma sonrisa que me das a mi.

Diriges tu mirada hacía mí y ruedas los ojos, con tanta molestia como de costumbre.

Aún espero el día en el que me des calidez con una de ellas.

Me doy la vuelta y sonrió, respirando pesado, tratando de tranquilizar aquel llanto que me acompaña cada mañana al ver que otra vez mientes.

Amo la forma en la que me das a ver que no hay verdad en tus palabras, después de cada Te amo vas y me demuestras lo tan irrelevante que son esas palabras para ti.

Soy tan frágil, como un cristal, veo algo tan típico pero aún así me quiebro.

Pero ya no más... Tomare la decisión y espero que tú también lo hagas.

Salí del aula aún con lágrimas en las mejillas, pasando al lado de ti y siendo mirado por todo tú grupo de amigos. Una que otra burla escucho, pero jamás la tuya.

Me has visto llorar por primera vez.

Siempre pensé en que yo jamás haría esto, dejaría ver lo que me has hecho, y es que, no puedo soportar tus burlas hacia mi debilidad, como dices que no puedo dejar de verme tan inseguro y estúpido.

Pero, cuando me estás viendo; tan cerca, con una sonrisa leve en el rostro, siento cómo no puedo; no puedo hablar, no puedo moverme, no puedo gruñir, no puedo dejar de sentirme tan bien.

Tomaste mi hombro y me jalaste hacia un aula, no forcejee, sería inútil porque sé cómo te importo y no me harías caso.
Me empujaste dentro y cerraste la puerta poniendo seguro, caminaste lentamente hacia mí y me envolviste en un abrazo, ¿se supone que debería sentir algo con esto?

- No llores, no aún, no por mí.

No quiero corresponderte, no quiero más rechazó, sería el fin de lo poco de mi orgullo y la oportunidad de terminar todo esto.

Quisiera pensar que de verdad me amas, ver cómo me sonríes con amor, escuchar salir de tu boca la palabra "novio" refiriéndote a mí, ver como rechazas a tus amigas, amándome de verdad y hasta dormir contigo después de una noche exhausta.

Pero eso ya jamás pasara.

Me he cansado de esperar.

- Mark, no más, ya es hora de dejar esto acá, ya es hora de que dejes de fingir que de verdad sientes algo por mí.

Te hable serio esperando que entendieras, seguro de que dijeses qué aceptabas y te fueses, pero fue todo lo contrario. Te aferraste más fuerte a mí y empezaste a acariciar mi espalda, dejando en claro que no lo harías, acurrucaste tu cabeza en mi hombro y sentí como respirabas mi aroma.

- Tienes que hablarme y decirme por qué lloras.

"Tienes que hablarme y decirme por qué lloras"

Dije la primeras vez que te vi; llorando en el baño mientras te escondías en tus rodillas, me miraste y como si de una trampa se tratase, me besaste.

- Dos días antes te vi en el almuerzo, cuando todos los chicos de tu aula empezaron a regar sus bebidas sobre ti. Dos días después, me encontraba en el baño sólo, cuatro minutos después me encontraba besándote. Tres días después espere que me hablarás, al menos en un reclamo. Pasaron dos días y te vi jalando de mi manga, queriendo mi atención.

- Recordando todo no harás que me quede.

- Amor, de verdad te amo, pero no te pido que me aceptes.

Tan rápido logras meterte en todos mis planes, con más que palabras logras convencerme, tan estúpido eres que no me enamoras con acciones pero me compras con mentiras, y tan idiota yo que recibo mi cheque cada mes.

- Yo también te amo.

Saqué de mi pecho a arrastras aquellas palabras que de verdad no debían salir, sintiendo como de repente mi felicidad viene de golpe y mi orgullo se esfuma tristemente.

Jale de tu manga, volteaste y te mire, tan fácil como decirte esas dos palabra y tuviste el control completo ante mí, jamás pensando que yo lo tendría sobre ti, sólo te mire y supe que serias aquel que tenía mi corazón y que yo tendría que luchar por el tuyo.

Y otra vez, te tenía llorando en mis brazos, compartiendo aquella tristeza que te invade por completo, te miro y veo un niño en mis brazos, queriendo atención y amor.

Tal vez, pero sólo tal vez,
el cristal aquí eres tú.

Pero aún más lejano,
aquel que lo rompe soy yo.

crystal ⭐ markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora