Mirka

Prólogo

Era un cálido día de septiembre, justo después de las vacaciones de verano. El viento soplaba suavemente y solo había unas pocas nubes en el cielo; cosa rara para el pequeño pueblo de Villamonte, en el que siempre reinaba un cielo encapotado acompañado de alguna que otra tormenta.

Villamonte era un pueblo muy pequeño, si por casualidad acababas allí algún día de verano, no encontrarías mas que un bar, una tienda de gominolas y una pequeña tienda en la que comprar lo mas básico. También había un parquecito en el que los niños solo podían columpiarse en dos pequeños columpios, nada del otro mundo. En ese parque, podías observar siempre a los mismos niños de siempre, de unos cuatro o cinco años jugando despreocupados. Pero escondidos, estaban un niño y una niña, intentando evitar que los demás los escuchasen.

Mirka, que así se llamaba la niña, cuyo cabello castaño recordaba al café con leche y sus ojos verdes, semejantes a la mas bonita esmeralda, transmitian serenidad y paz,  estaba sentada al lado de Samuel, el simpático niño de cabello azabache con ojos de azul cielo, que te embelesaban  por la bondad que  transmitían. Mirka estaba sonrojada, dado que aquella situación le daba vergüenza, intentando decirle algo a Samuel, pero sin saber como.

- Emmm... bueno Samu ..... te he traído para preguntarte una cosa – Dijo la niña atropelladamente.

 - Mirka, ¿ Estas bien?- dijo el niño preocupado- Estas súper roja.

-Si, tranquilo, no me pasa nada. Bueno te iba a preguntar que si querías venir a mi casa mañana, ya sabes, a jugar...- Habló Mirka rápidamente. A Samuel, esa pregunta le pillo desprevenido, puesto que llevaba mas de una semana intentando preguntarle lo mismo a esa niña que tanto le gustaba. -Si no quieres no pasa nada....

-¡No! Claro que quiero ir. Me encanta jugar contigo- añadió el sonriendo. Mirka dibujo una enorme sonrisa. De repente toda la vergüenza que había pasado unos segundos atrás había quedado en el olvido.