Woof!

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Jimin necesitaba un amigo y su madre lo sabía mejor que nadie

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Jimin necesitaba un amigo y su madre lo sabía mejor que nadie. 

La mudanza desde su pueblo natal hasta la enorme y ruidosa capital, no había sido un cambio fácil para su pequeño hijo, así como el divorcio y el nuevo empleo. HyeJin manejaba la situación lo mejor le era posible, con un empleo de tiempo completo en una importante compañía, un hijo de apenas seis años, trámites de divorcio y custodia en proceso y muy pocas horas de sueño.

Sin embargo, Jimin era suficiente impulso para continuar a pesar de las dificultades, el solo hecho de encontrarlo en casa dormido sobre sus hojas de dibujo a mitad de la sala era todo lo que necesitaba para despertar al día siguiente y seguir dando todo por y para él.

Yoora era una excelente niñera. Siempre mantuvo a Jimin limpio, alimentado y muy contento, jugaban y cantaban canciones, le enseñaba el abecedario y a colorear y a Jimin le encantaba ver a su niñera todos los días. Pero HyeJin sabía, que a pesar de todo lo que Yoora pudiera hacer por Jimin, el niño necesitaba salir a jugar con otros pequeños de su edad, conocer gente, ensuciarse de lodo y rasparse las rodillas.

Aunque, con la custodia en juego y viviendo en un edificio donde los únicos vecinos eran una pareja de avanzada edad, ir a la escuela o jugar con  otros niños del vecindario, no era una opción viable en ese momento.

Una tarde de Viernes, al regresar del trabajo, el autobús tuvo que tomar una ruta distinta por reparación de la calle y HyeJin vio, a través de la ventana, un pequeño cachorro Beagle dando saltos en su jaula, olisqueando las ventanas y tratando de lamer por el cristal las gotas de lluvia que resbalan frente a él.

De inmediato, supo que sería la compaña perfecta para Jimin y bajó del autobús, a mitad de la lluvia, para adoptar a ese cachorro.

Tiffany, la adorable chica del refugio, le explicó que se llamaba Jungkook y había sido abandonado a los seis meses por sus anteriores dueños, quienes se negaron a dar mayor explicación y sólo lo dejaron ahí, al cuidado del refugio.

HyeJin sintió tanta pena por el cachorrito, que no dudó en llevarlo a casa, junto a su cartilla de vacunación y un osito Rilakkuma al que al parecer, estaba muy apegado.

🌙

Jimin y Jungkook eran inseparables.

No era de extrañarse encontrarlos dormidos en cualquier rincón de la casa, presas del cansancio. El pequeño dormía con Jungkook todos los días, en la misma cama y mientras él abrazaba a su perrito, el Beagle abrazaba a su osito. Jimin siempre guardaba de su comida para darle un poco a Jungkook bajo la mesa, se escondían de los truenos que tanto asustaban a Jimin y Jungkook le ladraba al cielo que asustaba a su Jiminnie.

Corrían por el departamento, jugaban a la pelota, se ensuciaban en el jardín común de la planta baja y se bañaban juntos bajo la regadera, mojando sin piedad a la pobre Yoora que estaba más agotada que nunca, porque Jimin había aprendido a sacudirse como Jungkook después del baño y Yoora debía llevar un cambio extra de ropa.

Woof [Kookmin OS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora