¡París, allá vamos!

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En el aeropuerto de Adventure Bay, seis cachorros estaban más que emocionados. ¡Hoy era el gran día! ¡El día en que iban a acompañar a Ryder a París! En unas horas iban a pisar el suelo de la conocida ciudad de la moda, las luces y el amor. ¡Y estaban que pegaban saltos de alegría!

— Bien cachorros —les llamó la atención Ryder con una sonrisa—, dentro de nada saldrá nuestro avión. ¿Habeis practicado bien vuestro francés?

— Oui! —exclamarón los seis a la vez, felices.

Françoise había sido muy amable al darles unas clases exprés de su idioma, al enterarse de su viaje.

Cada cinco años, la Alcaldesa Goodway se encontraba con su viejo amigo y socio, el bonachón de Andre Burgeois, el Alcalde de París. Ryder era un pequeño niño de cinco años cuando el hombre y su malcriada hija Chloé, que en ese momento contaba con diez años, visitaron Adventure Bay. Chase les recuerda también, porque ocurrió poco tiempo después de que el niño le adoptase, no así el resto de la PAW Patrol, y aunque no le hacía ninguna gracia reencontrarse con la molesta niña criada entre almohadones, que ahora sería una adolescente de quince años, si que le daría gusto volver a encontrarse con el Sr. Burgeois, era un hombre muy amigable, todo lo contrario a Chloé.

Pues bien, para esta vez le tocaba a Goodway encontrarse con él en la Ciudad de las Luces, y aunque el pequeño líder de la PAW Patrol ya no estaba bajo su tutela, le insistió para que la acompañase. Y por supuesto que Ryder no iba a dejar a sus cachorros atrás.

— ¡Estoy deseando probar las Bagettes! —exclamó Rubble, con los ojos brillantes de la emoción.

Rocky rió quedamente ante eso.

— Pero Rubble, tú ya tienes comido Bagettes —le recordó el cachorro mestizo, algo divertido.

— Sí, tú lo has dicho. Bagettes normales y corrientes. No las Bagettes originales hechas en Francia —al Bulldog se le hacía la boca agua de solo imaginarlo.

— Lo que tú digas —dijo Rocky, mientras negaba graciosamente con la cabeza, tratando de no reír—. Cualquier cosa con tal de que me prestes tu antifaz para dormir cuando estemos en el avión. La mayor parte del tiempo vamos a sobrevolar el océano Atlántico y realmente no quiero verlo.

Le dio un escalofrío de puro pánico.

— Por supuesto que sí, amigo —le aseguró Rubble con una sonrisa.

— Yo quiero ver la Torre Effail de noche, completamente iluminada —Skye suspiró encantada de solo imaginarlo—. Seguro será una vista tan hermosa.

— ¡Y yo quiero nadar en el Sena! —Zuma lanzó un ladrido emocionado— ¡Será total!

— Chicos, creo que os olvidáis de lo más importante de todo —interrumpió Marshall—: Disney Land París.

— ¡Ohhhhh~~~~! —inmediatamente los ojos de todos brillaron ante la expectativa de visitar el "lugar más feliz de la Tierra" — ¿Podemos ir a Disney Land, Ryder, podemos, podemos? Porfa, di que sí.

Ante eso, el niño rió y acabó por asentir con la cabeza.

— Solo si sois unos buenos cachorros —condicionó.

— Yo todavía no estoy del todo convencido con esto de dejar Adventure Bay por un mes... —interrumpió Chase.

Ryder acarició la cabeza de su mejor cachorro, para tranquilizarle.

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⏰ Última actualización: Mar 30, 2017 ⏰

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