W.- ¡Vegetta, me voy ya!- Gritó a su compañero quien estaba en su habitación.
S.- ¿De verdad irás?- Preguntó yendo a donde Guillermo
W.- Sí, hace tiempo que no nos juntamos a beber juntos
Ambos amigos salieron del departamento que compartían y se dirigieron al auto del menor, habían quedado con sus demás amigos para salir de fiesta, a Samuel no le agradaba mucho la idea, no porque no le gustara, el problema era que su compañero tenía problemas de salud y por ello se negó a ir, más sin embargo Guillermo no pensó igual.
El castaño había intentado durante toda la semana convencer a su amigo de no exponerse al ir a emborracharse, pero Guillermo era tan terco que no cedió y no cambió de opinión.
Samuel presentía que algo no saldría bien y había intentado explicárselo a su compañero, pero éste se negó a escucharlo.
Decidido, Guillermo subió a su auto y tras volver a intentar convencer a Samuel de ir, fracasando en el intento, arrancó su auto y partió de camino al club en el que se verían.
Samuel, por su parte, volvió a su hogar aun con esa horrible sensación de que algo malo pasaría y para intentar tranquilizarse decidió grabar un vídeo.
Tras unas dos o tres horas de grabación dejó el vídeo para editar después y vio la hora en su móvil, 3:45 a.m. Suspiró y marcó el número de Willy.
Primer tono...
Nada.
Segundo tono...
Aun nada.
Tercer tono....
Sin respuesta.
Los nervios invadían a Samuel, intentaba tranquilizarse diciéndose y recordándose que Guillermo estaba con sus amigos, hace unas dos horas con siete minutos el menor había publicado una fotografía en Twitter en la que estaba con Frank en aquel club. No había nada de lo que preocuparse.
Aquél sentimiento de incomodidad y preocupación crecía cada vez más conforme avanzaba el tiempo. ¿A qué se debía?
Ignorando aquello, en cuanto su insomnio se lo permitió se durmió, pensando y convenciéndose a sí mismo de que todo estaría bien.
A las cuatro con veintisiete minutos Samuel recibió una llamada, fuera quien fuera era insistente pues marcó unas cinco o seis veces hasta que Samuel respondió.
S.- ¿Hola? - Dijo con la voz somnolienta.
Lo que escuchó a continuación le hizo despertar por completo y preocuparse exageradamente a tal grado de llorar silenciosamente.
La persona del otro lado de la línea telefónica era Frank, haciéndole saber a Samuel que Guillermo estaba en el hospital.
Aquél molesto sentimiento de preocupación y advertencia no era por él, si no por Guillermo.
Terminó la llamada y por seguridad propia fue en taxi hasta el lugar indicado.
Una vez ahí, entró y se encontró con sus compañeros, todos ellos preocupados, desesperados, tristes. Samuel habló un breve momento con ellos y le explicaron lo sucedido... La desconocida enfermedad de Guillermo había avanzado grave y excesivamente. Después de obtener el permiso del doctor fue a donde Willy.
Entró en la habitación y lo vio conectado a miles de cables, seguramente estaba medicado de más. Se acercó a él y Guillermo abrió ligeramente los ojos.
El mayor no pudo evitar que algunas lágrimas se escaparan de sus ojos... Ver a su amigo de años en esa situación era horrible.
W.- Hola, Vegetta
S.- Willy... ¿qué pasó?
W.- No lo sé... De repente no pude respirar y perdí el conocimiento- dijo débil pero tranquilo - Perdón por preocuparte
S.- Te dije que te quedaras en casa, te dije que sentía que algo malo pasaría- Dijo el mayor con su voz mas ronca y débil de como solía ser.
W.- Lo sé, debí escucharte, éstas son las consecuencias.
S.- Para la próxima ves escucha lo que digo, Willy
W.- No habrá próxima vez, Samuel- Miró a su confundido amigo
S.- ¿Eh...? ¿No piensas salir más? Eso estaría bien...
W.- No... Sam, me refiero a que... Realmente no habrá próxima vez
S.- No, no... Willy... ¿qué estas...? ¿De qué hablas?
W.- Vegetta, es el fin... mi fin
S.- No... no, no, no... Estas... Estas delirando, sí
W.- No Samuel
S.- ¡Sí! Es él medicamento seguro, eso debe ser...
W.- Samuel... No es cosa del medicamento, hablo en serio, sólo... Así lo presiento
S.- No... Me niego a ello- Las lágrimas no paraban de salir, era imposible que su amigo estuviera en esa situación- Llamaré al doctor ¿sí? Ya vuel-
W.- No, Sam- Interrumpió- no lo hagas, él no podrá hacer nada
S.- ¿Cómo es... Que estas tan tranquilo?
W.- Tengo miedo Vegetta, tengo miedo... Pero sé que estaré bien
S.- Willy, por favor dime que es mentira, por favor dime que estarás bien
W.- -Niega- No puedo hacerlo, Sam
Samuel sentía que perdería el control en cualquier momento, esta situación era demasiado para él
W.- Sam, hay algo que necesito decirte... Antes de irme- esto último fue demasiado para Samuel... Adiós cordura.
S.- No... No, no, ¡no!, ¡Me niego a escucharlo!
W.- Samuel...
S.- ¡No! ¡Sólo..! No...- Estaba... Estaba mal, triste, desesperado... No quería perder a Willy, no a él.
W.- ¡Por favor escúchame!- Gritó tomando las manos de su amigo y dejando su tranquilidad de lado, comenzó a llorar- No quiero morir Samuel, ¡de verdad que no quiero hacerlo! Pero no hay nada que se pueda hacer para evitarlo.
S.- Willy yo...
W.- Necesito decirte algo, Sam, algo muy importante y que no quiero guardarlo sólo para mí... - suspiró- Sam... Me gustas... - Tras decir aquello Samuel se quedó sin palabras, un silencio inundó la habitación del hospital.
S.- Willy... ¿Por... Por qué me lo dices hasta ahora?
W.- Tenía miedo... De que me rechazaras y me abandonaras.
S.- Willy... - No podía dejar de llorar, todo estaba siendo demasiado rápido...
W.- Quería decírtelo antes de partir
S.- Resiste, por favor
W.- Es hora...
S.- No...
W.- Diles a los chicos que los quiero, y agradeceles por todo
S.- No, Willy...
W.- Te amo, Samuel, no me olvides
S.- También te amo, Chiqui, y no te olvidaré, lo prometo
Guillermo lo miró a los ojos con las pocas fuerzas que le quedaban y le sonrió con amor.
Samuel se acercó a él y lo besó, el menor correspondió, era el mejor beso de ambos... y el último.
W.- Gracias Sam... Te amo - Fueron sus últimas palabras antes de cerrar sus ojos para no volver a abrirlos.
S.- También te amo, Chiqui...- Dijo y lo abrazó con mas fuerza... Aquél era el adiós.