1. pink

2.7K 282 115
                                    

rosa - ingenuidad.

Camila dejó un largo suspiro cuando observo la cola de la caja.

Dinah aún no había dado la cara y no era bueno. Normalmente ambas se dividían las cosas; Dinah estaba en la caja y Camilla en la cocina preparando bocadillos, zumos, cafés y todo lo demás.

¿Cómo demonios iba a hacer ambas cosas al mismo tiempo?

Miró por última vez la puerta con la esperanza de que su mejor amiga aparezca, pero en vez del cabello rubio vio largos mechones oscuros que destacaban una piel pálida.

Lauren.

Camila siempre supo que la morena acostumbraba frecuentar en la cafetería, pero eso no fue un problema ya que siempre estaba bien escondida detrás del muro que separaba el mostrador de la cocina.

El problema era:

Dinah no estaba para atender la caja.

¿Qué demonios iba a hacer?

"Maldición, Dinah" murmuró sacando el celular del bolsillo y marcando el número de la chica, "Atiende esta porquería."

Seis tonos y luego suena la voz perezosa de la rubia en el otro extremo.

"Walz."

"¿Dónde diablos te has metido?"

"Whoa, buenos días, me siento muy bien"

"Dinah!"

"Ok, he perdido la noción del tiempo, lo siento. Pero estoy en camino, llego en 15 minutos, puedes asegurar las cosas?"

"La caja está llena..."

"Tenemos algunos bocadillos listos?"

"Sí...", murmuró con un suspiro. "Pero-"

"Entonces todo bien, atiende hasta que llegue."

"Pero..." Tragué saliva, mordiéndome el labio inferior con fuerza mientras me colocaba de puntillas para mirar a la chica pálida por la pequeña ventana de la cocina. "Lauren está aquí", susurraba como si hubiese alguna posibilidad de que me escuche la morena.

"¿Quién?"

"Lauren".

"Oh," Ella casi podía ver la sonrisa maliciosa creciendo en los labios de la mayor, "Tal vez tengo que tardar un poco, Walz. Atiéndela, es una buena oportunidad."

"Dinah no te atrevas a-"

"¡Buena suerte!"

Y después silencio.

La latina se quedó mirando el teléfono con incredulidad antes de tomar una respiración profunda y prácticamente lanzarlo en la encimera del fregadero, tomando el delantal marrón.

Ella abrió la pequeña puerta y respiró profundamente, forzando una sonrisa al adolescente pelirrojo que parecía impaciente.

"Uh, lo siento por el retraso... estamos bajos de personal."

"Yo no pedí ninguna explicación, simplemente anota mi pedido," el chico rodó los ojos.

Camila frunció los labios, sus manos querían agarrar ese pelo naranja y tirar de él, pero se limitó a sonreír y menear la cabeza.

"¿Qué va a querer?"

La latina mantuvo la sonrisa en su cara a la mayoría de los clientes los cuales no eran muy amables. Afortunadamente, tenía suficiente bocadillos hasta que Dinah llegue, de lo contrario los clientes estarían aún más estresados.

pure ⇉ camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora