La lágrima de Darwin

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Estar en medio,
no debería ser tan duro.

Porque hablo
no sólo de estar en medio.

Si no de haber recorrido tanto,
todo el tiempo.

Hablo de reír adolescente,
desde mi primer paso,
tras una galleta en tu mano...

Hablo de mi primer perfume,
bailando en tus canciones.

Hablo de estar en medio,
desde que no hablaba.

Hasta de los sueños
que empezaron y no veo cumplirse.

De crecer y no evolucionando,
hasta hundirse
en lo que más se elevó en la mirada.

Y no hablo de un vosotros y yo.

Es un en medio,
de tantas veces, con tantas personas.

Demasiadas.

Es toda una vida de conocer y de sentir,
a dos o más personas queridas, enfrentándose.

Por mil y una razones,
con o sin razón.

Que no se acercan con respeto,
a entenderse,
aunque no se entiendan,
que ni se acerquen,
hasta enfrentarse.

Es mi lágrima de siempre.
Es una pena que no resuelvo.
Es una impotencia que no evoluciona.

Es mi lágrima de Darwin.

Ha quedado en su prehistoria,
muda, bloqueada,
paralizada en el tiempo
y en medio.

Me recuerdo así,
desde siempre.

Veo ambas partes,
luchar, trabajar, sacrificarse,
a su modo.

Amar, soñar, sonreír y brillar
a su manera.

Vivir con sus leyes internas,
diferentes.

Quien dice que ...
Si se dijo así,
se hizo o no,
si uno lo blanco vivió negro
y el otro al revés...

Para cada cual,
lo mejor y lo peor,
es válido y tan distinto.

Yo lo viví de ambos lados.
Yo estoy en medio.

No hablo de lo correcto,
hablo de actitudes,
ante la diferencias.

Y de los momentos arruinados,
esos tan felices que no se comparten
y los que quedan por venir...
quizás también perdidos.

De que lo más importante,
de vivir,
se malogra, se distancia,
hasta desaparecer.

No hablo de lo justo, de lo correcto,
de tener razón,
hablo de familia, de amistad,
de entendimiento,
de ponderar mas con el corazón,
en esta vida,
por que solo tenemos una
Y no sabemos cuánto dura.

Podría hacerlo mejor?
siempre intento alcanzar modos,
o no tocar nada,
que aleje
a las personas que quiero,
de mí,
o de ellas mismas.

Pero nunca lo he conseguido,
es mi gran pesar.

No he podido reunir personas,
no he podido elegir un lado,
siempre me sentí en partes,
repartida en pedazos,
en medio de la nada,
en medio del conflicto.

Tampoco he podido evolucionar,
mi pesar.

Antiguo como la primera luz
sobre la tierra,
intacta como esa misma lágrima, rodando desde siempre,
por mi rostro.

Me sigue importando,
cada uno de los lados.

Y todo lo pierdo por igual.

Gracias por el tiempo dedicado a esta lectura.

нoy llυeven poeмaѕDonde viven las historias. Descúbrelo ahora