-Hola, disculpa ¿te puedo pedir un favor?- me pregunta un chico mientras observo el área de ropa.

Giro mi vista hacía él: tez blanca, algo bronceada; ojos azules, labios delgados, nariz respingada, y un cuerpo... es muy guapo. Y muy bien vestido, debo admitir que comparado con mi jean y mi playera de entrenamiento, él se ve mucho mejor que yo.

-Depende -contesto, tratando de sonar seria. -no te conozco así que dime ¿qué cosa podría hacer por ti?
-Fingir ser mi novia por al menos... -mira el reloj en su muñeca- ¿30 minutos? sólo en lo que mi familia y yo terminamos de hacer las compras.

Espera... ¡¿Qué?! Creo que esto es una broma, una de muy mal gusto. Porque ¿qué más puede ser que una broma?

-¿Y bien? ¿Qué me dices?- creo que estaba en shock, digo no todos los días llega un extraño, extremadamente guapo, y te pide que seas su novia, de mentira, por media hora, pero su novia.
-¿Y qué gano yo? Está más que claro que no te ayudaré gratis- sí, lo ayudaré.
-Eso lo vemos después -casi que pude ver como volvía el color a su rostro.
-Bien, acepto. - contesté manteniendo mi cara lo más neutral posible. ¡Vamos! Es guapo ¿por qué no hacerlo?
-¡¿En serio?! ¡Genial! -y me da un abrazo ¡Pero quién se cree que es!
-Si pero ya suéltame por favor, esto es algo incómodo, aun siendo novios. - dije con algo de gracia, diciéndole novio a un extraño, que va.
-Ah... si lo siento. No sabes cuánto me ayudarás, ahora... - me mira de pies a cabeza con algo de disgusto en su rostro.

Estoy algo confundida, me escanea una y otra vez, parece que está pensando algo, pero no leo mentes.

-No puedes vestir así si vas a ser mi novia.-dijo y se encoje de hombros.
-Pues lamento decirte que es lo que traigo puesto y no traigo conmigo ropa, lo siento, creo que tendrás que buscar a otra novia.-y dicho esto doy media vuelta y comienzo a caminar.

Pero claro, no puede conseguir a otra que le ayude y corre detrás de mí, cuando me alcanza me toma del brazo y me gira.

-No te preocupes, lo podemos arreglar -dice elevando los brazos y, siendo sincera, no sé a qué se refiere.- estamos en una tienda de ropa, escoge algo lindo.
-¿Hablas en serio? ¿Sabes cuánto cuesta está clase de ropa? - ¡Dios! Cuesta más que todo mi guardarropa junto.
-El dinero no es problema -claro, debí imaginármelo, niño rico - vamos, no tenemos todo el día.
-Bien -si gastar es lo que quiere, lo hare gastar, y mucho.

Me dispongo a buscar algo lindo, y me decido por un vestido negro que al parecer llega a la mitad de los muslos, unos botines con algo de tacón, y claramente un bolso de mano color gris, un saco del mismo color y unas calcetas, no se usar zapatos sin calcetas. Camino hacia él y se lo entrego.

-Vaya, creo que si hice buena elección, tienes muy buen gusto a mi parecer. -yo solo ruedo los ojos y espero a que pague.

Sale de la tienda y comienza a caminar, yo no sé muy bien lo que hago así que lo sigo.

-Hay que ir a los sanitarios para que te cambies. -dice y acelera el paso.

Llegamos y entro con la ropa. Comienzo a cambiarme y entonces reacciono.

-¿Cómo fingiremos ser novios si no sé cómo te llamas, o cuántos años tienes, o como se supone que nos conocimos y cosas como esa que se supone que uno sabe de su novio?-pregunto mientras me cambio.
-Oh cierto, tienes razón. Pues me llamo Joshua Palacio, tengo 17 años, nos conocimos en un parque que frecuentamos mucho. Tenemos unos 4 meses de relación, mi cumpleaños el 9 de julio, estudio administración de empresas y creo que es todo. Ahora te toca.- dice justo cuando salgo del cubículo.

-Me llamo Mar Teresa Gómez, tengo 16 años, cumplo años 12 de abril. Estudio arte. -nada interesante cabe recalcar. También estudio administración de empresas pero no pienso decirle.

Comenzamos a caminar y toma mi mano.

-Tranquila mi amor, solo iremos a mi auto a dejar la ropa que tenías puesta -dice arrastrándome al estacionamiento.
-¿Mi amor? ¿En serio? No vamos a ser de esas parejas, te diré Josh, me dirás Mar, porque el nombre de Teresa está reservado para amigos y familiares. - mucho Afer, lo sé pero así soy, no puedo hacer nada.
-Bueno, Mar, ahora vamos, te presentaré a mis padres. -dice cerrando el auto.

Y ahí está todo el nerviosismo que acumulaba desde que me pidió ser su novia falsa.

Mi Novio Del Centro ComercialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora