JinYoung
Habian pasado un par de semanas desde la fatídica noche en que sentí mi alma abandonar mi cuerpo por un momento, asustado ante la posibilidad de una pelea intempestiva que con facilidad hubiera terminado con la relación que mantengo con JaeBum.
Aún continuaba temeroso, sabía que mis palabras y acciones habían lastimado a JB. Más mi instinto me seguía sugiriendo que mantuviera cierta distancia con él, o seríamos descubiertos. Y definitivamente no deseaba eso por el momento, aún no estaba listo para sufrir a manos de sus aficionados.
Sin embargo, JaeBum había seguido mis exigencias. Ya no más llamadas o mensajes durante sus partidos o viajes con el equipo, tampoco había más salidas y no venía a mi casa hace días. Al igual que no me permitia la oportunidad de ir a la suya. No nos habíamos visto o hablado en días, estaba comenzando a desesperarme.
Lo necesitaba. Extraño el sonido de su voz y la sensación de su manos sobre mi piel. No podía más, deseaba desesperadamente verlo, oírlo y respirar su aroma aunque sea por un instante. Ansioso por estar entre sus brazos, recostados viéndonos fijamente a los ojos y susurrandonos cuan devotos somos el uno al otro.
Quería al JaeBum calido, romantico, dulce y amable de vuelta. Odiaba con todo lo que soy su faceta fría, desinteresada, cortante y lejana.
Añoraba su mano sosteniendo la mía mientras veíamos algún partido de fútbol, riendo y criticando a los jugadores en el campo. Era en este preciso momento en que me cuestionaba ¿cómo era que esto siquiera fuera algo que yo sugiriera? ¿En qué había estado pensando cuando lo hice? De seguro no estaba en mis cabales. Porque de otra manera no me explico esa posibilidad.
Los días siguieron pasando, volviendo mi necesidad por JaeBum cada vez más intensa, al grado de llegar a ser sofocante.
No podía pensar coherentemente, mi deseo por estar cerca suyo me había cegado y mi raciocinio me había abandonado, dando paso a la locura.
No pensé y actúe imprudentemente, compre un par de entradas para el próximo partido de los Dragones, los tickets más caros. Los mejores lugares, casi al pie del campo, justo detrás de los banquillos de los equipos.
Faltaban un par de días para el evento, por lo que me mantuve ocupado convenciendo a Mark de acompañarme a pesar de que estaba consciente de que aquel partido no era de nuestro equipo favorito. Lamentablemente había traicionado a mi mejor amigo junto con mi equipo de toda la vida, ahora me proclamaba anónimamente un fiel fan de los Dragones y principalmente de Im JaeBum. Sonreí tan pronto le convencí de ir conmigo. Sería un evento interesante, de eso estaba seguro.
En unos días más le vería, estaba irremediablemente feliz.
♥♥♥
El día del juego llegó. La sorpresa que mostró la expresión de Mark al verme salir de mi habitación con un jersey de los Dragones fue realmente divertida, principalmente porque era excesivamente más grande que mi talla y tenía el número 10 justo debajo del nombre del hombre que él creía odiaba. Sabía que jamás se lo habría imaginado.
Estaba tan emocionado que ni siquiera las constantes burlas de mi mejor amigo no me molestaban ni de cerca. No como lo habrían hecho en otra ocasión. La sonrisa en mi rostro era imborrable.
Tomamos asiento en nuestro lugar tan pronto ingresar al estadio, no me permití apartar la mirada del campo de juego ni siquiera para ver a las personas o cosas que Mark me señalaba. Deseaba empaparme con la figura perfecta de JaeBum tan pronto estuviera en el campo de juego.
Converse un rato con mi amigo sin siquiera prestar real atención, estaban por salir los jugadores de ambos equipos de los vestidores.
La euforia recorrió cada fibra de mi existencia cuando vi a las animadoras abrirle paso a los jugadores. Grite y vitoree con el resto de la multitud, con el corazón latiendo desenfrenado ante la perfecta imagen de JaeBum con su uniforme.
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Lose Yourself ( Bnior // JJP )
FanfictionTítulo: Lose Yourself Couple: Bnior // JJP Grupo: GOT7 Resumen: Cada mañana al despertar, me había dado el lujo de ignorarlo, había pretendido que lo que nos unía no era más que pasión y lujuria. Hasta que toco a mi puerta y me susurró un "...