Pequeño Inocente

Capítulo 31

  -Al fin puedo levantarme de esa cama

-Mañana regresaras a casa –dijo sin muchos ánimos la chica-

-Pero no estés triste preciosa –la abrazo el chico- todo se va a solucionar

-Eso espero –el chico tomo el rostro de la joven entre sus manos para suavemente unir ambos labios, la suavidad impregnada en aquel beso fue lentamente desapareciendo, dejando en su lugar sentimientos mezclados, amor, pasión, deseo; aquella sed infernal por cuerpo del otro hacia el ritmo acelerar, la pego de la pared mientras preso del deseo bajaba su boca hasta el cuello de la chica, jadeos que fueron gemidos, gemidos convertidos en gritos ahogados, gritos ahogados llenos de deseo puro, no podía silenciar mas sus gritos cuando el comenzó a bajar hasta sus pechos, dulce, dulce tortura era la que implementaba el joven en ese momento para con ella, la erección crecía, haciendo cada vez mas insoportable el pantalón, entre besos y carisias que arrancaban mas de un suspiro la ropa desapareció de la escena casi tan rápido como a duras penas lograron llegar hasta el amplio sofá en una esquina de la habitación; promesas, promesas de amor salían de la boca del chico para murmurarlas al oído de la chica, quien por cada palabra se sentía cada vez mas hipnotizada, junto con un gruñido, una maldición salio de la boca de la chica justo cuando sin previo aviso el chico entro sin dar tiempo a un respiro al cuerpo de la joven, mas caricias, mas besos, mas palabras de amor fueron realizadas y expresadas antes de culminar uno de sus tantos encuentros en aquella habitación, que había sido testigo de numerosas noches de amor-

-Ya termino tu turno (tn) puedes irte a casa

-Gracias Bom, le llamare a mi papa para que pase por mi

-¡Espera! –La detuvo- ¿podrías ir al almacén a dejar las cosas que trajeron esta mañana?

-Claro

-¿No te importa?

-Por supuesto que no Bom tranquila

-Gracias no puedo dejar el puesto solo, aquí están las llaves, hasta mañana

-Hasta mañana –se despidió la chica para dirigirse con las cajas hacia el área antes indicada- aquí huele a enfermo –río la chica- haber las gasas van en el tercer cajón de la derecha –casi cuando estaba por terminar la chica se detuvo repentinamente- ¿que es ese olor? –Comenzó a toser- no me deja respirar –tapando su nariz se dirigió hacia la puerta para encontrarla cerrada- ¿Qué diablos...? Yo la había dejado abierta –cuando intento abrirla esta no cedió- no puede ser posible –una ola de mareos ataco a la chica quien con desesperación intentaba abrir la puerta- ¡Bom! ¡Bom! ¡Bo..! –La oscuridad se apodero de ella, mientras en la habitación solo quedaba el eco de su voz-

-¡Ayuda! ¡Ayuda!

-¿Bom? Pero ¿Qué hace usted a estas horas aquí? ¿Qué le paso?

-Doctor por favor –sollozo angustiada la joven- estaba apunto de salir cuando cerca del almacén escuche gritos, me alarme porque sabia que (tn) estaba allí desempacando la mercancía y cuando fui a verla estaba tirada en el piso toda pálida, por favor ayúdela  

♦que pasara!! 

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-johanythaa