Nota Prólogo

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"No te desanimes, haz tu mejor esfuerzo"

Estas palabras inconscientemente hacen sacarme una sonrisa.

Es la tercera nota del día y por mas pequeña que parezca me hace feliz.

La guarde con cuidado y la puse con las demás dentro de mi libro favorito.

No se porque me llegan estas notas simplemente aparecieron en mi pupitre; todavía recuerdo la primera nota.

Ese día no me encontraba del todo bien, los problemas en casa eran cada vez peor llegando al punto de quiebre emocional. Mi abuela me había obligado ir a la escuela a pesar de saber la difícil situación por la que estaba pasando.

No todos los días tu madre muere en un accidente, ¿O si?

Ella era madre soltera y el único lugar que nos quedaba era con mis abuelos; al parecer yo nací como un hijo bastardo a causa de una aventura de una noche por parte de mi padre, al saber de mi cortó todo lazo con mi madre y desapareció sin decir adiós.

Mi madre daba todo de si para poder mantenerme y ayudar en los gastos de la casa, todos los días se preocupaba de que no me faltara nada y se sentía segura de dejarme con mis abuelos. Mis abuelos tienen una pequeña dulcería que es frecuentada por los niños locales, no ganan mucho pero les sobra con ver a los niños felices.

Recuerdo con nostalgia esa parte de mi niñez en donde era feliz.

Todos en el salón de clases sabían de la situación en la que estaba pasando, no quería un trato especial por parte de ellos simplemente quería estar solo.

Tome asiento y puse me cabeza en el pupitre. Las lagrimas comenzaron a salir sin permiso alguno, no quería que nadie me viera tan lamentable.

Lo único que me quedaba era ir al baño a lavarme la cara para que el rojo de mis ojos desapareciera.

Al llegar me mire en el espejo y vi el perecido que tenia con mi madre.

El cabello pelirrojo, ni tan largo ni tan corto; este mismo tono era idéntico al de ella. Unos ojos color miel combinaban a la perfección. Lo me me hacia recordar mas a ella era mi rostro, tenia unos rasgos idénticos, era su viva imagen. Tengo una altura promedio y mi físico es normal, ni muy delgado pero tampoco cuento con gran cantidad de músculos. Solo coy un chico normal.

Salí del baño al oír la campana indicando que esto apenas comenzaba.

Cuando entre al salón me percate de la pequeña nota, al tomarla pude apreciar el diseño de flores al rededor de una letra cursiva que decía:

"Sonríe que hoy sera un hermoso día"

Suspire y me deje caer la silla con pesadez; voltee mi cabeza hacia la ventana y pude observar el jardín de la escuela con un pequeño campo de flores, se notaba que estas había florecido reciente mente.

Tal vez la nota tenia razón y no seria un mal día, solamente me quedaba esperar.

Como predijo la nota no fue tan mal después de todo, el día transcurrió como de costumbre y en el almuerzo otra nota apareció:

"Te lo dije"

Era raro darle la razón a una nota sin remitente pero por esta vez se la di. Al terminar el día decidí dejar un papelito con un "gracias" escrito en él.

Desde entonces todos los días encontraba notas escitas detalladamente puestas con delicadeza en mi pupitre, se mi hizo costumbre que al final del día dejaba un mensaje a esta pequeña personita que me hacia pasarla bien.

Al guardar el libro deje la nota que había escrito y salí del salón con una sonrisa directo a mi hogar, ya comenzaba ponerse el sol y mis abuelos se empezarían a preocupar por mi.

Solo que no me percate de algo importante al irme...

Esa pequeña personita había sonreído con leer mi nota.

Una Nota MásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora