My Love (II)

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Una vez más había escapado de la vista de su guardaespaldas, las últimas dos semanas se la pasaba de antro en antro intoxicando su cuerpo, y es que el dolor era tan grande, quedarse prácticamente solo con una gran responsabilidad sobre su espalda cuando apenas había cumplido la mayoría de edad le estaba torturando demasiado, escapar cobardemente sin importarle nada, quizá el alcohol lo ayudaría a sucumbir lenta y tortuosamente.

No se preocupó de asistir a su graduación, de todas maneras no tendría con quien ir y al que creía su único amigo, en realidad se le estaba volviendo una carga que no dejaba de fastidiarlo con sermones sobre moralidad.

Condujo su auto deportivo a toda velocidad lejos de ser alcanzado, aparco fuera de un barrio alejado y se metió a un bar clandestino, aparentemente. El olor fétido a cigarrillo, perfume barato y alcohol invadió sus fosas nasales, pero ya estaba acostumbrado a todo eso y dejo de darle importancia. Ocupó una de las mesas más arrinconadas del lugar, pidió su primera botella de whisky rechazando a las señoritas de compañía, ellas, que solo le recordaban lo desgraciado que era, incluso en el amor.

Intento llamar al mesero que diviso a unas cuantas mesas lejos de él para pedir otra botella, las palabras se le quedaron en la boca cuando vio a alguien que no creyó volver a ver, sin embargo, la escena que observaba tan solo lo enfureció. Se levantó de su silla casi tambaleante fue a impactar con su puño al hombre obeso y calvo que se había atrevido a tocar a su... (Bueno, en realidad ni él sabía que era ese joven para él) los hombres de seguridad no tardaron en llegar al notar el pleito

Ambos jóvenes fueron echados del bar siendo uno de ellos despedido de su puesto de mesero, aun así, en las condiciones que se encontraban ambos sonrieron después de tanto tiempo.

Definitivamente no era el chico lindo al que conoció antes, apoyado con una mano en la pared para mantener el equilibrio lo miraba con aquellos ojos rojos, el cabello negro y desordenado, la ropa sucia y desacomodado apestando a alcohol, y esa sonrisa que no se le quitaba del rostro. Sin duda había cambiado algo en él aunque apenas hubieron pasado 5 meses cuando se conocieron, pero nada de eso importaba ahora, había estado tan perdido en un mundo solitario que verlo le hizo humedecer los ojos y desear abrazarlo y lo hizo, el más joven se arrojó a sus brazos buscando un no sé qué, que pudiera devolverle las ganas de vivir y la protección que anhelaba, sin embargo, TaekWoon estaba tan ebrio que dejo caer su peso sobre el delgado cuerpo de JaeHwan.

Adivinando algunos balbuceos el pequeño JaeHwan condujo hasta el departamento de Leo, cargándolo con dificultad lo arrastró hasta su puerta, después a su cama para luego recostarlo en ella, lo arropo y decidió esperar hasta el día siguiente para hablar con él, pero Leo tenía otra mejor idea, jalo de su mano para que este se hundiera a lado suyo.

-JaeHwan...estas aquí... - balbuceo estrechándolo en sus brazos, ken solo se dejó hacer.

Mientras se preguntaba cómo se lo diría cuando despertase, como lo tomaría, si le creería o lo tildaría de loco y anormal y lo echaría de su vida. Una y mil preguntas aparecían una a una, pero el cuerpo ajeno no dejo que estas siguieran. TaekWoon se puso sobre su cuerpo y como si hubiese caminado un largo camino por desierto estrello sus labios sobre los de JaeHwan, hambriento y sediento devoró aquellos gruesos labios que solo una vez había probado su sabor, aunque sus funciones cognitivas eran nulas, su cuerpo se movía perfectamente brindando carisias.

Por otro lado JaeHwan con una sorpresa al inicio solo se dejó llevar, estaba cayendo otra vez pero que iba ya a ganar o perder esta vez, se dejó llevar porque también necesitaba del cariño de alguien, del cariño de TaekWoon.

MY LOVE (Keo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora