Some Memories

Lonly promise (One-shot)

Lonely promise

— "¡La última batalla por el torneo de campeones mundial está por iniciar! ¡El Campeón de Hoen, Steven vs El Campeón de la región de Kalos, Satoshi!"

En los altavoces resonaba por todos lados aquella frase y segundos después la multitud aclamó el inicio del mejor torneo de campeonato jamás antes visto. Estaba por comenzar la batalla que haría que finalmente cumpliera mi promesa.

Cuando los rayos del sol acariciaron mi piel y pude ver el estadio repleto de espectadores supe que finalmente todo mi esfuerzo había valido la pena por el simple hecho de estar ahí. Había logrado convertirme en un entrenador pokémon reconocido y si lograba salir victorioso finalmente habría cumplido su sueño...

El sueño que ella tenía y había dejado para mí.

Serena...

Me pregunto si ella estará mirándome desde donde quiera que esté.

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Mi infancia hasta cierto punto no fue la vida tranquila de cualquier niño, lejos de crecer en un cálido hogar fui criado por una madre soltera, nunca supe quien fue mi padre ni me intereso saberlo, todo lo que tenía era a mi madre y en aquellos tiempos eso me bastaba para ser feliz. Ella trabajaba como ayudante en una panadería, a pesar de que el trabajo no aportaba muchos ingresos eran los suficientes para tener una buena calidad de vida.

Sin embargo, mi madre murió de una terrible enfermedad del corazón y me quede huérfano a los 8 años. Debido a que no tenía familiares termine en el orfanato de Kanto.

El orfanato no era un mal lugar, había muchos niños, todos actuaban como si fueran una familia, una a la que yo no quería pertenecer pues ya había perdido a la única persona que consideraba mi familia. Permanecí alejado de los niños durante los primeros meses, recuerdo claramente haber escuchado a una de las encargadas decirle al resto de los huérfanos que me dejaran solo por un tiempo pues acababa de perder a mi madre y era normal que quisiera estar alejado de todo lo que me rodeaba.

La soledad era la mejor compañía para mí, sin embargo, una niña de cortos cabellos dorados y ojos zafiro continuamente intentaba hacerse mi amiga. Trate de ignorarla lo más que pude hasta que al final me saco de mis casillas y le grite que no quería tener nada que ver con una huérfana como ella, su hermano mayor, me propino un buen derechazo y habría seguido golpeándome si no fuera porque una chica de cabellera color miel le ordeno que se detuviera en tono de regaño.

-Citron, no puedes estar golpeando a cualquiera que haga llorar a Yurika-chan. ¡La haces llorar a un más! ¡Sabes perfectamente que no le gustan las peleas!

Mientras yo me limpiaba la sangre de mi labio roto él miró a su hermanita y bajo la mirada, la niña rubia estaba sollozando pidiendo en un murmullo que no volviera a actuar tan impulsivamente.

-L-Lo siento Yurika... no quería... perdóname por hacerte llorar-abrazó a su hermana con tanta dulzura y calidez... casi no podía creer que ese mismo niño que segundos antes me había golpeado con todas las ganas de matarme hubiera cambiado su actitud tan rápidamente.

-Y tú-la pelimiel volteó su mirada hacia mi frunciendo el ceño-¡Esa no es forma de comportarse con una niña que solo quiere tu amistad! Yurika solo estaba preocupada de verte tan solitario. Tú tienes tus motivos para querer mantenerte aislado, pero ¿no se te ha ocurrido pensar al menos por un segundo que no eres el único que perdió a un ser querido? ¡Qué persona más egoísta! ¡No estamos en este orfanato porque queramos! Diversas situaciones nos trajeron hasta aquí y es precisamente porque entendemos el dolor de perder a una familia que Yurika y los demás niños no querían verte tan aislado. Ella al igual que todos aquí solo quería volverte parte de nuestra familia para que de esa manera dejaras de sentirte tan solo.