Capítulo 21

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Hola mis ternuras!

Este es el último capítulo de esta historia, muchas gracias a todas las personas que han llegado hasta acá y me han apoyado con algún comentario.

Este capítulo es desde la perspectiva Ichimatsu.

Espero que les guste.

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"Ichimatsu" En las primeras letras que sentenciaron nuestra historia "Te amo" El futuro lucía como algo tan brillante y prometedor "Más de lo que alguna vez podrás llegar a comprender e imaginar" Sin embargo, con cada latido de corazón que compartimos, la pasión se turbo; convirtiéndose en un lamento ennegrecido y tóxico. Letal.

"Lo sé" No me debería sorprender.

"Entonces" Porque incluso las miradas más hermosas, y las mentiras más tentadoras pueden llegar a matar "No me dejes jamás" En una lenta y asfixiante relación. Monstruosa.

Osomatsu se convirtió en una violenta ráfaga de frustración; cruel, cínica e hipócrita. Quien quemó un mundo sin sentido a mi alrededor mientras él jugaba a la indiferencia delante de mis desoladas lágrimas de dolor. Haciéndome sentir patético e inferior, tatuando bazofias entre mis alas con una navaja de metal. Podridos, inertes, sin un lugar al cual encajar. Basura, eso éramos. De eso él me convenció.

Y aunque él me arrastro hacia el averno y me hizo danzar con la locura, fui incapaz de dejarlo escapar porque era yo quien necesitaba de su amor. Estaba sediento. Ahora me resulta irónico y ridículo que él se haya convertido en mi soporte al mantenerme de pie.

¿No es curioso el giro que esto dio? La vida debería tener un guion.

"Debería" Musite en voz alta, bajando mis pies desde la modesta cama hacia la alfombra de mi habitación, con los informes de mis primeros pacientes a medio revisar encima de mi regazo.

Lleve mis manos hacia mi rostro, acomodando mis anteojos sobre aquel flequillo sin gracia, saboreando la atmósfera de novedad y realidad; con toques de amargura, con un cosquilleo resonando entre mi tráquea y mi vientre. Ridículo. Ni siquiera era el trabajo que deseaba en los primeros versos a escribir, esto no me debería emocionar de más, es estúpido e infantil.

Mi atención se centró en una de las pocas fotografías que había colgado en mi habitación, a un costado de mi única ventana; el gastado reflejo de un muchacho temeroso, al lado de la vandálica expresión de Osomatsu, de brillo especial y jovial. Yo lo era.

"Ichimatsu" Fue redundante el golpetear en mi puerta al haber irrumpido en mi espacio personal sin esperar una respuesta "¿Ya lo pensaste?" El más alto se adentró en mi cuarto, quedándose estático al frente de mi cama "¿Vas a ir?" Desearía que esto fuese tan sencillo para mí.

"No" Porque no lo era "No tengo razones para apoyarte en algo tan estúpido como eso" El de camisa roja esbozo un infantil puchero sobre sus labios antes de arrojarse sobre mi colchón y acomodar su nuca sobre mi regazo, encima de mis informes.

"Eres cruel" Arrugándolos.

"No me importa" Aunque trate de separar nuestro tacto él no me lo permitió, aferrándose a mi cintura sobre mi holgado suéter blanco con un estampado de gato "Aún tengo muchas cosas en las que debo trabajar" Él no se inmuto "Debo concentrarme" Avanzar.

"Es tú día libre" Su mirada se conectó con la mía en medio de la habitación "Quiero que estés allí" Ardiente, apasionada "Quiero que seas el primer cliente que atienda" Tan irresponsable como lo era él. Tonto.

"¿Por qué es algo tan importante para ti?" Me fue imposible ocultar un desagradable ardor sobre el rostro debajo de esa socarrona sonrisa y satisfecha mueca "La cafetería es un empleo temporal nada más, no te deberías encariñar" Él tomo mis manos para enredarlas sobre su cabello, repasando su nuca una y otra vez.

El rol protagonicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora