Capitulo I

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"Angustia Felina"

Ya el cielo se podía ver las brillantes estrellas, y las calles de París estaban siendo iluminadas por la hermosa luz de la luna. Una chica de diecisiete años caminaba con paso apresurado, reprochándose una y otra vez que se le había hecho demasiado tarde en casa de su amiga. Esa noche tenía un compromiso muy importante, pero simplemente el tiempo se le fue volando y cuando vino a darse cuenta; ya iba atrasada como casi siempre.

Marinette suspiro mientras trataba de buscar algún lugar donde esconderse para poder transformarse, pero secretamente le daba un poco de miedo hacerlo aún estando demasiado cerca de la casa de Alya, ya que su amiga se había vuelto implacable en la búsqueda de Ladybug, tenía como un sexto sentido cuando la heroína estaba cerca o a punto de aparecer. A veces sospechaba que conocía su identidad, pero esa idea era descartada rápidamente porque la morena no le había formado la bronca del siglo por no habérselo contado, así que por ahora estaba a salvo.

Saco su celular para verificar la hora, y se mordió el labio percatándose que llevaba casi una hora de atraso. Debía encontrarse con su compañero para patrullar, solo esperaba que le felino no fuera demasiado impaciente como cuando era el que llegaba tarde y ella se la tomaba un poco mal.

Definitivamente no tenía moral.

Sujeto con fuerza y ansiedad el bolso de medio lado donde descansaba su Kwami. Hacia un poco de frió, pero por suerte había decidido salir ese día con una camiseta azul claro y encima de esta una chaqueta de algodón delgada pero muy cómoda de color negro, junto con sus pescadores de azul marino y unas toreritas negras.

Paso por un callejón con la esperanza de que estuviera desolado, pero suspiro con desaliento cuando vio a una pareja que había elegido precisamente ese lugar para dar demostraciones de amor con besos algo ardientes. No pudo evitar fruncir los labios mientras seguía su camino, eso sí que era de lo más romántico.

Cuando se acercó a otro; este era más grande que el ultimo y con muchas posibilidades, hasta que de este salió una mujer con un bebe en brazos, Marinette frunció el ceño al ver como la señora sostenía a su pequeño con fuerza y su cuerpo estaba completamente en tensión. En el momento que iba a preguntarle si algo ocurría a pesar que aún tenía una distancia de por medio; un joven con una gruesa sudadera oscura y con capucha salió de entre las sobras de dicho callejón con una postura amenazante y con el brillo letal de un arma filosa en su mano.

Marinette se quedó de piedra con el aliento atascado en su garganta mientras abría los ojos de par en par, a esa distancia pudo escuchar los lamentos de la joven madre mientras retrocedía atemorizada. La Franco-china observo a ambas direcciones analizando donde podría esconderse, pero no tenía donde, y aunque la calle estaba casi desierta; aun pasaban autos y cualquiera de ellos podría verla con demasiada facilidad. Así que tragando saliva con esfuerzo y con la adrenalina pasando rápidamente por su cuerpo; alzo la barbilla y con rapidez se acercó a la escena con el corazón martillando en su pecho.

Ella era una heroína con o sin el traje.

Cuando se acercó lo suficiente; poso suavemente una mano en el hombro de la mujer para brindarle su apoyo, esta se sobresaltó un poco y la observo con pánico y confusión. Marinette pudo palpar por sí misma la tensión y el horror domando a la pobre madre.

Luego poso sus ojos en el muchacho que la miraba con sus labios fruncidos en una mueca, sus ojos oscuros impregnados de malicia.

—¿Que sucede?—pregunto la Franco-China en un murmullo solo para que ella la escuchara, tratando de moldear el tono de su voz para que no sonara tan nerviosa como realmente se sentía.

White CatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora