Prólogo.

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6 de diciembre, 1862

Se acostó en la cama del hospital, confundido con lo que pasó. Trató de sentarse, pero estaba demasiado débil y tenía hambre. Miró a su alrededor, notando que no había nada que pareciese comestible. Hasta que sus ojos se encontraron con la bolsa de sangre que lentamente bombeaba sangre en su brazo. Se encogió. Él quería sangre, él anhelaba el líquido espeso y rojo. Su brazo se extendió, sacando la aguja de su piel y tirando de la bolsa hacia él. Una vez que la bolsa estaba en su agarre, arrancó el tubo y se lo llevó a los labios, tragando la sangre rápidamente. Sabía tan bien, nunca esperó que fuese para tanto. Rápidamente terminó la bolsa, lamiendo alrededor de su boca, todavía con hambre. Olfateó el aire y miró su brazo; sangre. Rápidamente, se lo llevó a los labios y lo succionó. Gimió con el sabor, fue increíble, nunca había probado un sabor tan... bueno.

Una vez que toda la sangre se había ido de su cuerpo, miró a su alrededor, sintiéndose más fuerte que antes. Él lamió sus labios otra vez, todavía hambriento de sangre. De repente, una enfermera entró, mirando hacia su libreta.

"Señor, hicimos algo... " No pudo terminar su frase. El muchacho se lanzó hacia ella, mordiéndole el cuello. La enfermera trató de gritar, pero falló cuando este le cubrió la boca y continuó bebiendo su sangre como si fuera una bebida normal.

El cuerpo de la enfermera quedó inerte, y la dejó caer al suelo. Miró a su alrededor, notando el espejo al otro lado de la habitación. Se acercó y se miró a sí mismo. La sangre manchaba su ropa y su rostro. Sus ojos eran rojos, y sus dientes eran casi como agujas, pero más gruesos. Jadeó, corriendo hacia la ventana, abriéndola. Tres pisos. Podía saltar y matarse, matar al monstruo que es. Rápidamente, abrió la ventana y se subió a ella, tomando una respiración profunda de aire fresco. Otro olor llenó sus sentidos, sangre. Miró a su alrededor, notando a toda la gente que caminaba. Un buffet de sangre, pero sacudió la cabeza, deshaciéndose temporalmente de los viles pensamientos.

"¡Señor, baje!" Una dama dijo detrás de él. Se volvió para ver a la señora correr hacia él, pero se detuvo cuando lo miró. Se detuvo y gritó haciendo que otras enfermeras y doctores empezaran  a correr hasta la habitación. Pero antes de que pudieran agarrarlo, saltó, cayendo al suelo que estaba cubierto con una fina capa de nieve, era invierno después de todo. No le importaba el hecho de que él simplemente saltó y se suponía que debía morir. Sólo quería escaparse, sabiendo que no era seguro estar en la ciudad. Corrió más rápido de lo que alguna vez esperó, corrió hasta estar en el bosque, hasta que estuvo lejos de los humanos, corrió hasta que pensó que ya no podía correr.

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;escrita por gayboyharry
espero que le guste igual que a mi
A𑁍

MIDNIGHT || HS; ESPAÑOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora