Daniel. X

414 113 180
                                    

Queridos lectores:  

                                        Espero disfruten este capi, que será algo más largo de lo usual, pero no sé cuando podré publicar el siguiente. Me he quedado hasta las tres de la madrugada (hora maldita) para terminarlo! 

                                                                                                                                             Los amodoro.

                                                                                                                                             Los amodoro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


—¿Eso es lo único que queda?—preguntó Clara, sosteniendo en sus manos una cantimplora casi vacía.

Las provisiones que llevábamos en la mochila eran exiguas. Pronto se nos acabarían por completo. Aunque habían durado largo tiempo, por el hecho de tratarse de alimentos y de líquidos mágicos, no eran eternos.

—Sí lo es—reconoció Brian con un gesto doliente, mientras contemplaba fijamente las cinco bayas que yacían en el hueco de su mano, aquellas que tanto le gustaban, y que eran nuestra última fuente de alimento, sin atreverse a probarlas, como si con aquel gesto pudiera multiplicarlas—. Pero no te preocupes amor, Daniel está ideando un nuevo plan para salir de aquí. ¿Verdad amigo?

El pelirrojo me dirigió una mirada cargada de ilusión.

—Hace dos meses que estamos estancados en este horrible lugar y ya hemos probado todos los caminos posibles. ¡No hay salida! ¡Nos pudriremos literalmente en el infierno!—Interrumpió Clara, antes de que pudiera responder.

Por más que me pesara, debía reconocer que en parte ella tenía razón. Al parecer no había salida de aquel espantoso lugar. Habíamos recorrido de punta a punta el penumbroso bosque y siempre volvíamos al mismo punto.

Ya empezaba a creer, que no se trataba de un problema de instinto, o de orientación, sino que estaba sucediendo algo más complicado que aquello.

—Últimamente he estado pensando que siempre hemos intentado buscar la salida de día, sin el menor éxito—hablé finalmente, desde mi sitio en la entrada de la caverna, que ya se había convertido en nuestro hogar, mientras escrutaba "la puesta de sol", que siempre era igual de vacua y fútil. La insípida luz de aquel gélido febo se iba apagando hasta consumirse por completo y aquel se transformaba en una esfera pseudo lunar —. Pero ¿qué tal si nos aventuramos a buscarla de noche?—añadí. Mis amigos me destinaron una mirada de incertidumbre, pues sabían bien el por qué. Por la noche, los demonios mayores poblaban el bosque negro, razón por la cual, nos manteníamos guarecidos en nuestra cueva –Sí, sé que es más peligroso, sin embargo, tengo una teoría relacionada con los demonios mayores.

—Ilustranos—dijo Clara, de pronto interesada.

—Bueno, es obvio que aquellos no viven en el bosque, pues ya lo hemos recorrido de punta a punta, de tramo a tramo, y sólo hemos hallado demonios menores, y animalejos siniestros.

Místicas Criaturas. El Reinado de la OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora