The love child
Horas antes lo había escuchado hablando por teléfono, del otro lado de la línea se oían gritos mientras él en voz baja trataba de tranquilizar el alboroto.
- ¿Cómo dices? ¿Segura? Tranquila, en un rato llego allá - Colgó y se quedó pensativo, entró a la habitación - Mi amor, marcaron de la oficina, tengo que ir inmediatamente a arreglar unos papeles – Le dijo Jaime a su esposa mientras se vestía rápidamente para después tomar las llaves del carro e irse.
Laura no pudo evitar pensar mal, de todas formas se había enterado hace mucho tiempo, loca de celos su decisión se hizo lógica para sí misma y salió hacia la calle subiendo a un taxi.
-Por favor siga y no quite la vista de ese carro.
El conductor asintió y esbozó una pequeña sonrisa como si siempre hubiera esperado escuchar esas palabras. Durante el camino sus ideas se aclararon y, todas esas señales que nunca quiso ver ahora brillaban como un faro en su mente.
No tardaron en llegar al lado más humilde de la ciudad donde las calles se volvían escabrosas y lámparas de calle tintineaban como avisando que no era un lugar seguro. Al ver a su esposo entrando a una casa detuvo el taxi y le pagó.
- Dios la bendiga - Le dijo el chofer, ella lo ignoró mientras salía cerrando la puerta con fuerza.
Dentro de la casa se escuchaba a un bebé llorar desconsoladamente y a medida que se acercaba a la puerta una discusión se hacía audible
-Te he dicho mil veces que no me hables cuando esté con mi esposa.
-LA NIÑA HERVÍA EN FIEBRE Y NO SABÍA QUE HACER
- LLEVARLA AL MEDICO EN VEZ DE PERDER EL TIEMPO CON TUS TONTERÍAS
- ¿COMO? SI NO TENGO NI UN CENTAVO+
Laura se arrodillo al margen de la puerta y al recargarse en ella no pudo evitar llorar, después de unos minutos se escuchó...
- SI NO VAS A CUMPLIR TU RESPONSABILIDAD COMO PADRE SERÁ MEJOR QUE TE VAYAS.
En ese momento una mujer joven, tés morena, de pelos negros y rizados abrió la puerta, Laura cayó al piso y se levantó sacando unos billetes de su bolsa lanzándoselos a la mujer
- NI PARA ESO TIENES VALOR - Le gritó con la cara roja del coraje a Jaime.
Los dos la vieron con sorpresa y se quedaron así por unos segundos.
- Laura por favor, espera.
- ¿QUÉ ESPERE A QUE?
-
En eso el bebé empezó a llorar y ella se echó a correr, no podía soportar todo lo que estaba viendo. Tal vez por la adrenalina o porque simple mente no quería estar ahí , corrió mucho hasta llegar a un parque.
En el solo se veían unos columpios oxidados y un sube y baja roto, era un terreno lleno de rocas, solitario y muy alejado de las casas de por los alrededores. Trató de recuperar el aliento pero su llanto no se lo permitía. Al cabo de unos minutos Jaime llegó en su carro a una velocidad muy alta, se detuvo dejándolo con las llantas delanteras arriba del pavimento, salió dejando las luces encendidas y la puerta abierta.
- Laura ...
- ¿Desde cuándo? Le interrumpió – Los dos se quedaron en silencio . -¿Desde siempre verdad?
- -No es lo que piensas, por favor déjame explicarte.
- Ya no seas tan hipócrita - Le dijo con una risa forzada- Si sí me daba cuenta, ¿o que creías?
¿Que no me daba cuenta de las madrugadas que llegabas de estar con ella? Pues yo si que a diferencia de ti no estoy estúpida.
Jaime bajo la mirada y suspiró
- La conocí hace 3 años, ella trabajaba como recepcionista en el despacho de a lado y un día me puse a platicar con ella en la cafetería de la esquina y lo demás pues es historia... - Laura rompió en un llanto ahogado
.
La furia se apoderó de Laura, jamás había experimentado un sentimiento como ese.
- ERES UN COBARDE – le gritó lanzándose sobre el con manotazos y patadas, lo fue empujando de poco a poco hasta que con la ayuda de sus golpes tropezó con el sube y baja roto, ella lo vio caer sobre una roca con la que se pegó en la nuca.
- ¿Jaime?
Su llanto cesó al ver que no se movía. No se atrevía a tocarlo, era obvio que estaba muerto y ya no había marcha atrás .
