Poemas parte 1

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ADVERTENCIA
Si alguna vez sufres-y lo harás-
Por alguien que te amó y que te abandona,
No le guardes rencor ni le perdones: Deforma su memoria el rencoroso
Y en el amor     el perdón es solo  una palabra que no se aviene  nunca a un sentimiento .
Soporta tu dolor en soledad, porque el merecimiento  aún a la adversidad mayor , está justificado si fuiste
Desleal con tu conciencia, no apostando solo por amor  que te entregaba 
Su esplendor inocente , sus intocados mundos.
Así que cuando sufras -y lo harás-
Por alguien que te amó, procura siempre
Acusarte de ti mismo de su olvido
Porque quizás fuiste cobarde o quizás fuiste ingrato .
Y aprende que la vida tiene un precio
Que no puedes pagar continuamente.
Y aprende la dignidad en tu derrota , agradecimiento al que te quiso el regalo fugaz de su hermosura.

TE QUIERO
Tus manos son mi caricia, mis acordes cotidianos, te quiero porque tus manos trabajan por la justicia.
Si te quiero es porque sos mi amor, mi cómplice y todo y en la calle, codo a codo, somos mucho más que dos.
Tus ojos son mi conjuro contra la mala jornada, te quiero por tu mirada que mira y siembra futuro.
Tu boca que es tuya y mía, tu boca no se equivoca, te quiero porque tu boca sabe gritar rebeldía.
Si te quiero es porque sos mi amor, mi cómplice y todo y en la calle, codo a codo somos mucho más que dos.
Y por tu rostro sincero y tu paso vagabundo y tu llanto por el mundo, porque sos pueblo te quiero.
Y porque amor no es aureola, ni cándida moraleja y porque somos pareja que sabe que no está sola.
Te quiero en mi paraíso, es decir que en mi país la gente viva feliz aunque no tenga permiso.
Si te quiero es porque sos mi amor, mi cómplice y todo y en la calle, codo a codo, somos mucho más que dos.
Poema de Mario Benedetti

DE AMOR, PUESTO ANTES EN SUJETO INDIGNO
Cuando mi error y tu vileza veo,
contemplo, Silvio, de mi amor errado,
cuán grave es la malicia del pecado,
cuán violenta la fuerza de un deseo.

A mi misma memoria apenas creo
que pudiese caber en mi cuidado
la última línea de lo despreciado,
el término final de un mal empleo.

Yo bien quisiera, cuando llego a verte,
viendo mi infame amor poder negarlo;
mas luego la razón justa me advierte

que sólo me remedia en publicarlo;
porque del gran delito de quererte
sólo es bastante pena confesarlo.
Poema de Sor Juana Inés de la Cruz

Cuando el corazón habla...Where stories live. Discover now