-Dazai... no... no me toques allí. No es el momento.
Lo observó; en su mirada ardía la llama de la lujuria, iluminando los que hace poco eran sus vacíos ojos cafés. Sus heladas manos recorrían expertamente un cuerpo al que ya estaban más que acostumbrado, y sus labios se torcían en una pequeña sonrisa que detrás escondía los deseos de hacerle al otro, cosas malas.
-Chuya...- recorrió un camino con sus dientes sobre su pálido cuello, allí donde habrían muchas marcas después de esa noche. Sus ágiles dedos despejaban lentamente sus elegantes ropas; ropas que probablemente serían desgarradas y regadas por el suelo... pero después.
El pequeño espacio en el que se encontraban hacía que su cercanía fuese más y más estrecha. Sus cuerpos se rozaban, pero no en las zonas que él quería: necesitaban más que eso.
-Salgamos de aquí, Chuya. Afuera nos esperan más personas con las que hablar antes de poder irnos tranquilamente- suspiró aburrido el castaño. Antes hubiese disfrutado mucho de amenas charlas con otros escritores y/o famosos. Si, antes de aquella vez hace ya dos años, cuando conoció a Nakahara...
Ambos arreglaron la vestimenta del otro, sabiendo lo importante que era mantener la apariencia, al menos en ese mundo. Porque la prensa no perdonaba y no querían perder todo lo que con ahínco habían podido obtener. Cuando estuvieron tan perfectamente, como cuando recién ingresaron a aquel oneroso bar, solo sus miradas eran lo único que los delataba.
-Ya sabes dónde. Que sea poco después de la una, porque la otra vez no salió tan bien- la seriedad del más pequeño fue compensado cuando se empinó e inmediatamente atrajo al otro en busca de sus ansiados labios, reclamando un beso secreto, antes de irse por la puerta y desaparecer del baño.
Dazai lo observó, escondiendo una mueca de satisfacción tras esa máscara atractiva y gélida que ahora lo caracterizaba. Esperó pacientemente unos minutos, hasta que se pudiera perder la remota idea de que ambos hayan estado juntos. La adrenalina poco a poco se calmó en sus arterias, y sus latidos recuperaron su ritmo anterior. Deseaba fervientemente sacar de su amante de aquel lugar, correr y vivir en uno de sus libros, cualquiera de sus creaciones; pero la realidad era dura, ya muchas veces lo había golpeado con eso.
¿Qué hubiese sido de él si nunca se hubiese encontrado con el otro? Probablemente ahora estaría casado con una muy linda mujer que, cuando no miraba y se centraba en hacer lo que más le gustaba, hubiese aprovechado cada pequeña oportunidad para engañarlo. Debía admitir que en un pasado había sido muy iluso, al menos hasta que logró escapar de las engañosas y pulidas manos de la mentira.
Y Chuya, aquel día, fue probablemente la única persona que notó su dolor.
Sin duda, el otro era un ermitaño completo; vivía en las afueras y escasamente asistía a ese tipo de eventos, como este, una reunión de elite. Pero una belleza como él es muy codiciado, y eso fue que lo atrapó en un inicio.
Sentado en el bar, y esperando no ser molestado, recordó que irónicamente, como si lo hubiese planeado aquel dios en el que no creía, o lo que muchos llamarían el destino, se sentaron juntos. Y él fue el primero en hablarle, le dijo: ¿Está ocupado este asiento?
Como frecuentemente lo hacía un colega suyo, se cubrió la boca y ocultó la pequeña risa que se había podido escapar.
Este se había asustado cuando lo miró, después de todo, no le parecía usual ver a una persona en una reunión así, llena de vendas. Incluso lo preguntó si se esa era una de esas raras modas que habían surgido.

ESTÁS LEYENDO
BAD THINGS |SOUKOKU|
Fanfic"Nada es tan malo, si se siente bien" ADVERTENCIA: *Universo Alternativo. *Personajes posiblemente fuera de sus personalidad. *Intento de lemon. *Song-fic basado en la canción del mismo nombre Bad Things, y algunas otras más. *Los person...