Estoy en la calle llena de sangre, mis manos, mis piernas y puedo sentir como mi cara está llena de sangre, mis ojos parecen cascadas de lágrimas, corro hacia lo que parece una fiesta de cumpleaños, al llegar ahí solo hay niños junto con sus padres y todos me voltean a ver.
-es mí culpa - digo llorando mientras caigo de rodillas en el pasto - es mi culpa- vuelvo a decir
Mi garganta arde cada vez que inhalo, y de mis ojos solo caen más lágrimas
-yo los mate, es mi culpa- siento como una mano descansa en mi hombro y elevó la mirada hacia el hombre que fue mi padre.
-tú los mataste y ellos te mataran a ti
-no papi, yo no quería - digo agarrando sus pies - papi te lo juro
- nosotros vamos a ir por ti- se agacha y toma mi rostro que esta bañado en lágrimas - tu nos mataste
-¡PAPI NO!
Despierto sobresaltada y sé que ha sido un sueño, el mismo estúpido sueño.
Como después de tantos años sigo soñando lo mismo, pero sigue siendo tan desgarrador como la primera vez que lo soñé.
Estoy en esta recamara tan grande, casi puedo jurar que es más grande que mi antigua casa, donde solo podía notar el olor del sudor de mi padre, y del alcohol.
Fuera de la ventana se ve el amanecer, miro en mi reloj de muñeca y son las 7:30am, maldición porque tenía que despertar tan temprano.
Me acercó al enorme espejo que resulta estar atrás de la puerta.
Sí que soy un desastre, mi cabello castaño esta hecho un desastre, mis ojos color café están con un color rojo decorado con una ojeras color purpura
-Radiante- me digo con una risa burlona
Bajo las escaleras y me topo a la abuela junto con una señora de la misma edad
-buen día- digo mientras paso junto a ellas
- buen día cariño dormiste bien?- habla tan deprisa que no me deja contestar - está el desayuno en la mesa, te va a encantar espero que te gusten los huevos con jamón y el jugo verde
-Gracias abuela – le digo mientras le doy un beso en la mejilla y me dirijo hacia el comedor donde huele exquisito
Mientras termino mi desayunó las escucho cuchichiar y reír, por un momento las envidio, el tener tanta calma como para poder reír de esa forma es algo que nunca tendré.
El escucharlas saca una sonrisa de nostalgia de mi cara.
-¿Nina cariño puedes acompañar a loris a su casa? - volteo hacia ellas y asiento con la cara
-claro- digo mientras me levanto y llevo mis cosas al lavaplatos - ahí voy - empiezo a lavarlos y al terminar me dirijo hacia el umbral
- oh cariño no te vas a cambiar - mi abuela se ve un poco incomoda, con las garras que traigo como ropa no es de esperarse que no quiera que salga así al exterior
-mmm no, no creo que nadie me vea en esta colonia – comento tratando de hacer que suene como un chiste y no como un insulto.
Su amiga suelta una pequeña risita
-oh vamos lilo la chica tiene razón- dice mientras toma su bolsa - vamos cariño te traerás el pan que horneamos ayer – se despide de mi abuela y salimos.
Vamos caminando cuando me arrepiento tanto de traer esta sandalias, joder tuve que haberle hecho caso a la abuela
-hace años que tu abuela y yo nos conocemos, te va a gustar vivir aquí, hay buenas universidades, el clima es excelente – claro - si en algún momento ocupas algo no dudes en pedírmelo dulzura, no somos muchos los que vivimos aquí, pero todos son personas muy agradables – la verdad es que ella parece muy amable, habla igual de rápido que la abuela pero, esa tranquilidad que ella y la abuela trasmiten creo que me está ayudando, o almenos eso creo.
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Mortal
RomanceSupe que esto pasaría cuando mis ojos se posaron en él, que mi mundo se quemaría. Que él me destruiría El que me observara como si fuera su presa, no me incomodaba, pero mi falta de incomodidad era la que me asustaba.