Prólogo.

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Se que este momento iba a doler, duele ver su foto, y tener su recuerdo en mi mente... Desde que te fuiste tan sólo hace dos días todo para mi se ha convertido en un desastre, vuelve... Por favor, vuelve.

-Andrew, ¿no quieres ir a caminar un rato conmigo?.- entró a mi habitación diciendo mi papá.

-Lo siento, no tengo ganas.- me limité a decir.

Él, tan deprimido como yo, con su mirada llena de angustia, me ve como diez segundos y me asiente con la cabeza y sale de la habitación.

Yo quisiera apoyarlo como él me apoya a mi, pero me es muy difícil, no soy igual de fuerte como él lo es.

Para todos nos duele, la despedida, nadie la esperaba, menos yo...

Tras pensar en lo mismo algunas horas seguidas decido levantarme a ducharme, son las 8:45 pm y será mejor alistarme para ir a dormir, no quisiera seguir pensando y recordando lo mismo.

Al salir de mi habitación salgo y camino por el corredor no muy largo de la segunda planta de mi casa, bajando las escaleras me agarro del pasamanos, mientras veo diagonal a la mesa situada a la mitad de la habitación de abajo, donde, está la foto de mi madre... Sin pensarlo dos veces, me aproximo a ella solamente para ver la foto.

Simplemente con ver su imagen arranco en llanto, no se como, ni porqué... Pero no estás, y es lo que más me duele.

Un joven de 16 años no debería estar sin ti, sin su madre, tu eras mi fortaleza, y lo seguirás siendo.

Al volver a recobrar la postura dejo la fotografía donde se encontraba y sigo mi camino hacia el baño. Sigo por el corredor de enfrente y pasando por la habitación de mi papá veo que la puerta está entreabierta y noto a mi padre viendo una fotografía de mi mamá, está llorando...

Para él debe ser muy duro, el incidente de hace ocho años y ahora esto, es humano, obvio debe sentir y doler le.

Decido dejar de ver porque siento que las lágrimas me cegarán y no quisiera derrumbar me frente a mi papá, el tampoco debe verme así.

Ya en el baño, me ducho lo más lento que puedo, luego de unos pasado veinte minutos decido salirme e ir a mi cuarto y reposar solamente para dormir, tras sentarme en la cama sin hacer nada y durar así aproximadamente unos diez minutos me levanto para vestirme y dormir.

"Ya es hora de soñar, es hora de dormir y descansar, ya mañana será otro día" recordé que así me decía antes de dormir cuando era más pequeño, ya acostado en la cama no podía evitar seguir llorando, y fue así, hasta no recordar cuando me quedé dormido.

Rosas Muertas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora