Capítulo 1

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...Compramos los pasajes de 3era clase del barco más lujoso del mundo: el Titanic; que, según decían, era insumergible. No saben lo estafada que me siento por eso.

Una vez dentro, mi madre quedó encantada con su lujo. A mi no me interesaba esas cosas, sólo quería jugar con aquellos niños a mi derecha que al parecer tenían 10 y 11 años. Siempre fui muy sociable y siempre tengo un motivo para charlar con alguien; pero, también tengo un momento para estar sola, hablar conmigo misma y escribir todo lo que me pasa en un diario. Lo llevo a todas partes al igual que un reloj de bolsillo que me regaló mi abuelo antes de morir.

Ese día no pude hablar con los chicos, mi madre estaba apurada con encontrar el camarote.

-Mamá ya soy adulto no es necesario que me agarres de la mano como a Emma que siempre se mete en problemas- puse los ojos en blanco.

-Tu siempre te metes en problemas Trev y además con 17 años no eres adulto-

-Ya dejen de pelear los dos. Trevor tu hermana MENOR va a terminar cuidándote a ti que tu a ella- Le hice una mueca demostrándole que yo tenia razón. Una vez que pudimos ver el camarote las paredes eran blancas, no había mucho espacio para caminar, dos literas y un mueble en medio, allí mismo me di cuenta que Trevor quería la cama de arriba de la litera de la derecha porque según él le daba buena suerte y, sin pensarlo dos veces, tiré mi mochila de una manera que cayó sobre ella. Ya la cama era mía sólo faltaba que me recueste encima de las sábanas y burlarme de él. Nunca olvidaré su cara de odio hacia mí.

-Eso no es justo Emma sabes que esa cama me da buena suerte el resto del día ¡Bájate ya mismo!- Entra mi madre con todas las maletas, Trevor la mira sorprendido.

-Hey ¡No olvides que yo soy la que da las órdenes aquí!- solté una carcajada burlona.

-Ven, ayúdame a traer todas las maletas- lo lleva casi arrastrando de la mano, se podía escuchar sus quejas por el pasillo. me puse a buscar mi diario para seguir escribiendo lo que había pasado desde que llegamos, luego de eso saqué otro libro y una pluma para seguir escribiendo mi historia pero con muchos más detalles, algo parecido a un libro de mi vida escrito un poco más "profesional"; sólo lo hago matar el tiempo. Me interrumpí para mirar la hora, faltaban 5 minutos para que el Titanic zarpe y yo quería estar en la cubierta para verlo. Le dejé una nota a mi madre, guardé todo excepto el reloj y me apresuré a subir.

Una vez allí miré mi reloj,  había tardado 2 minutos en subir lo cual me faltaba para superar mi record de 1:23 pero esta vez no me importó mucho; allí había mucha gente saludando a sus seres queridos, entre ellos, estaban los dos niños que había visto hace algunos minutos. Me acerqué para hablarles.

-Hola...- Les dije con un tono amable. Ellos voltearon hacia mi.

-¡Hola!- dijeron al mismo tiempo. -¿A quien están saludando?-

-A nuestro padre. Él no pudo venir con nosotros sólo nuestra madre que está en el camarote- Dijo uno de ellos, asentí con la cabeza.

-¿Como te llamas?- me pregunta el otro. -Soy Emma y ¿Ustedes?-.

-Yo soy Charlie y el es mi hermano John...-. Me señala uno de ellos -Somos mellizos- agrega el otro. No tardaron en escucharse los bocinazos que indicaban que ya estábamos por partir y la gran estructura se empezó a mover. Se sentía la emoción de todos al emprender este gran viaje, todas esas familias saludando a sus seres queridos; ver tanta gente felices me subió demasiado el ánimo. 

Hasta que sentí la voz de mi hermano discutiéndole a mi madre. Se acabó la paz  pensé mientras los veía venir el otro lado del barco. -¡Emmy!- Grita mi madre. - Ya casi es la hora de almorzar ¿Quieres entrar?- asentí con la cabeza; ya nos habíamos alejado de la costa y todos se habian ido a hacer lo mismo que nosotros.

Ese día dibujé toda la tarde, estaba encantada con las vistas que tenía, aunque sea sólo mar y cielo. Mientras pasaba el rato dibujando un hombre se cruzó delante mio al igual que muchas personas pero, ese hombre tenía algo en especial que me llamaba la atención; sentía como si ya lo hubiera conocido antes pero no le di importancia, ni siquiera se por qué no le di importancia.

A las 10:24 volvimos al camarote
- Es tarde, vallan a dormir...- ambos nos acomodamos para dormir; apoyé mi cabeza en la almohada y la sentí algo dura, por instinto, la levanté y vi una pequeña caja con un papel que decia "happy birthday Emma" Inmediatamente supe que era de mi mamá, a ella le gusta hacer este tipo de sorpresas, la miré con una sorisa en mi rostro. Abrí la caja y dentro había una cadena con un dije de corazón sencillo pero precioso.

-Hace rato que querías uno. Es el más caro que pude comprar- Saqué la cadena con cuidado, estaba muy emocionada -Mamá, esto es... hermoso... ¡Gracias! - Me acerqué para abrazarla. Es la mejor madre que puede existir en este mundo y no quiero que nada ni nadie me la quite, guardé la cadena dentro de la caja y luego dentro de mi mochila. Podía ver la mirada de Trevor, hoy no era su día, la chica que le gusta lo rechazó además de alguna que otra vergüenza en público y pude burlarme de él en varias ocasiones.

Su mirada lo decía todo, basta con una palabra para describirla: envidia.

Luego de eso, ahora sí, Trevor y mamá acomodaron todas las maletas en una de las camas y yo me puse a escribir todo lo que pasó hoy; luego de 20 minutos apagamos las luces y nos dormimos.

Ese fué el primer día en el Titanic.

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⏰ Última actualización: Jun 22, 2017 ⏰

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14 De AbrilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora