Era de mañana, el sol amenazaba con despertarme, desde la cama se podían ver los rayos del sol entrando a través de la ventana.
De la nada sonó el fastidioso ruido de mi despertador, maldije al saber que era la hora de levantarme.
Las sabanas envueltas en mis piernas las fui desprendiendo de mis piernas a como pude, me senté sobre la cama tratando de quitar el sueño de mi cuerpo, abrí los ojos lentamente ya que temían a la luz, decidí levantarme para darme una ducha.
Entre al baño, me fui quitando la ropa hasta quedar completamente desnuda, gire la manilla del grifo dejando que el agua tibia recorriera cada parte de mi cuerpo envolviendo me en una deliciosa y refrescante ducha mañanera.
Salí de la ducha y tome una toalla que estaba a mi lado, me envolví en estay camine hacia mi armario, tome una playera negra, unos jeans ajustados rotos por las rodillas del mismo color de la playera y mis converse negras que no pueden faltar.
-Audrey, baja a desayunar que se me hace tardé - la escuche gruñir desde la cocina.
-¡Ya voy! - grite para que me escuchará, me apresure en tomar la mochila, unos libros, la portátil y mi móvil y baje corriendo las escaleras de dos en dos ya que tenía mucha prisa.
-¡Al fin bajas!, pensé que tendría que ir por ti, come tu desayuno, voy por tu hermano -me permití a asentir y hacer lo que me pedía.
Vi a mi madre bajar las escaleras con el ceño fruncido y detrás de ella venía James con cara de zombie, solo por quedarse toda la noche frente a la pantalla de su xbox.
-Adivinó, ¿te quedaste despierto jugando al xbox, no es así James?- pregunte.
-si ya sabes para que preguntas hermanita- dijo obvio, yo solo negué con la cabeza y seguí con mi desayuno, eran waffles, tostadas con jalea y jugo de naranja, me comí todo lo que había en mi plato y mientras James estaba distraído viendo a la nada tome una de sus tostadas.
-Realmente estas loca- dijo tomando de su chocolate.
Camine hasta las escaleras para ir a mi habitación, fui a cepillarme los dientes y me puse del perfume de vainilla que me regaló mi padre y me hice una coleta alta para después volver al Salón, tome mis cosas que estaban en el sillón y salí a donde mi madre me esperaba en el auto, me senté en el asiento copiloto y cambie la radio, ya que mi madre tenía una de ¿los ochenta?, la canción de shape of you inundó placentera mente mis oidos haciendo olvidar de todo.
-Andá James sube al auto- gritó mamá desde el asiento.
-Ya voy, no encontraba mi bola de basketball- dijo entrando al auto y dando un portazo.
El coche se puso en marcha y nos dirigimos al Instituto, llegamos y buscamos una plaza para aparcar.
Nos bajamos del auto y mi madre se fue y ni un adiós( que educada ), James se fue de primero dejándome sola, ya que no quería que nadie se enterase de que éramos hermanos y blah blah blah.
Caminé rápido para pedirle a la Secretaría mi boleta y horarios de ingreso.
-Madre mia, la reencarnación de shrek- pensé al ver a la Secretaría, la cuál estaba igual que mis calcetines después de una semana de usados, no querrán saber como son.
Llegue al lado de está la cuál parecía estar atada a su móvil ya que estaba con la cara pegada a la pantalla literalmente y riendo como idiota.
-dis...disculpa- carraspeé -señora- bufe molesta.
Tras de fea sorda...
Respire profundo y di el primer paso, tome su celular en mis manos, u me crucé de brazos expectante, a lo que ella giro su flameante vista hacía mi dirección para mirarme fijamente.
-Ahora si me puede dar mi horario- entendí mi mano hacía ella, que me dio el horario -gracias-dije dándole su celular, para ir a clase.
Toque la puerta una...dos y tres veces pero nada, ya empezaba a desesperarme hasta que se abrió de pronto, di un brinco sobre mi lugar y vi a un hombre canoso mirarme desde la puerta, él me examinaba de pies a cabeza sin ningún disimulo, frunció su ceño levente para después decir las siguientes palabras: -llego tarde-.
Seguido de ello cerro la puerta en mi cara propiciándome un golpe en el tabique de la nariz, me sobe está muy suavemente para no causar un dolor mayor.
Estaba de camino a algún lugar desconocido para mí ya que era nueva aquí, frene de golpe al ver la cafetería, ya podía escuchar ese sonido majestuoso como el que aparecen en las películas donde presentan algo tan mágico, me senté en una mesa y decidí revisar mis redes sociales las cuales hace mucho no revisaba por estar haciendo exámenes para entrar a este lugar y obtener una beca, si amigos pase todas las vacaciones estudiando como si de eso dependiera mi vida, cosa que era cierta ya que para tener una vida decente debo tener un futuro el cual solo se consigue estudiando.
Después de revisar mis redes sociales decidí ir por algo de comer porque si no moriría de hambre tarde o temprano, camine a donde se encontraba una señora robusta con su delantal rosa palo el cual me parecía lindo tendría que añadirlo a las cosas que quiero para cumpleaños, sí, estoy loca lo sé no es necesario repetirlo, me acerque a ella y toque su hombro.
-¿Disculpe, usted podría venderme una graciosa?- ella asintió levemente con su cabeza y me entrego una gaseosa, la pague y volví a mi antiguo asiento, al parecer alguien se quiso pasar de listo aquí quitándome mi campo, vi a un chico sentado en mi lugar, camine dando zancadas hacia él y cerrando los puños a los costados.
-Disculpa ese es mi lugar- hice énfasis en las últimas dos palabras, el solo volteo a verme y después volvió su vista a su celular, esto no me podría estar pasando, él no va a quitarme mi lugar, sé que suena estúpido y que puedo buscar otro lugar pero la verdad es que mis cosas estaban ahí, cosa que da a entender que está ocupado, él no podía sentarse si estaba ocupado, ¿entienden?, tome su móvil en mis manos y lo mire expectante cosa que el también hizo, no lo podía creer hoy le he quitado el móvil a dos personas en menos de media hora, esto es épico, vale no, exagero.
-Disculpa niñata ese es mi móvil, devuélveme lo- exigió a lo cual reí irónica- ¿no sabes con quien te has metido verdad?- enmarco una de sus cejas y soltó una risita.
-Sí, me he metido con un niñato el cual cree que puede tirar mis cosas y tomar mi asiento, eso sé, y si no quitas tu trasero bonito de mi lugar te voy a golpear muy duro la entrepierna tan duro que no podrás sentarte durante una semana- su rostro se contrajo pasando de burla a enojo, se levantó de mi lugar y rompió mi burbuja de espacio personal luego les explicó de que trata eso, su respiración se mezcló con la mía y seguido de eso se acercó a mi oído susurro un inaudible "estas en problemas", me tomo de la muñeca arrastrándome por todo el pasillo hasta llegar a un lote baldío a un lado de la cafetería y me soltó.
-Mira niña tu no me hablas así a mí, o te meterás en problemas mucho más grandes de los cuales no podrás salir nunca, ¿te quedo claro?- en serio me estaba amenazando o eso era lo que yo creía porque de ser así el seria el que estaría en problemas- espero no volverte a ver- dijo y salió del lugar sin voltear atrás.
Las demás clases pasar rápidas, toda la tarde no deje de pensar en ese idiota, como se atrevía a hablarme así o llevarme a un lugar sin mi consentimiento, esto lo pagaría muy caro y de eso estoy muy segura.
Ya había acabado mi primer día y me encamine hacia el parqueo donde debería de estar mi madre, si ya lo sé estoy grande y debería irme sola pero mi madre aun no lo entiende, ella cree que aun soy su bebe lo cual es lindo pero a la vez no porque no me da la suficiente libertad como para una persona de 17 años de edad, ella dice que confía en mi lo cual yo no creo, en toda mi vida nunca he ido a una cita con mis amigos a las afueras de ¿ mi casa?, si de mi casa, porque ella cree que no soy lo totalmente grande o responsable para hacerlo, en parte le agradezco ya que sin ella no sería lo que soy ahora, pero no me gusta su sobreprotección.
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¿Y Si Te Digo Que Me Gustas?
Teen FictionEl no creía en el destino hasta que la conoció. Ella no creía en los finales felices hasta que lo conoció.