Capítulo 1

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Una lluvia torrencial caía sobre la cabeza de tres magos viajeros que se abrían paso a través de la tupida maleza en aquella selva inhóspita en el oeste de Fiore. Al frente del grupo iba un chico con su cabello rosa tan empapado que le caía sobre el rostro casi tapándole por completo los ojos amarillos. Llevaba el torso desnudo y en su rostro una mueca de exasperación, ya que a cada paso que daba sus sandalias se hundían en el lodo y le dificultaban avanzar. Con sus manos apartaba del camino las hojas, ramas y arbustos que cubrían sendero casi desaparecido.

Detrás de él, un par de metros más atrás, venía una chica rubia abrazando a un gatito azul con su brazo derecho, mientras con el izquierdo sostenía sobre la cabeza de ambos un chaleco largo de cuero negro para cubrirse inútilmente de la lluvia. Tanto ella como el gatito iban empapados por completo y avanzaban sin problemas por el camino que dejaba el muchacho frente a ellos.

— Oe, Lucy...¿Falta mucho para llegar? – Preguntó Natsu luego de un rato de caminar en silencio.

— ¿Y yo como voy a saberlo? — respondió Lucy irritada — Solo sigue este sendero y en teoría deberíamos llegar al templo. Eso decían las indicaciones...

— Estoy empezando a cansarme de esta lluvia... ¡ACHUU! — exclamó Happy entre los brazos de Lucy mientras temblaba de frío.

— No vayas a decir eso frente a Juvia o la harías sentir mal — comentó Lucy con una gotita de sudor en su sien y una sonrisa temerosa de sólo imaginarse cómo se pondría la maga ante tal comentario.

Llevaban varios días caminando por la selva y ya no sabían si era de noche o de día. Los árboles eran tan tupidos en aquella región que no les permitía ver el cielo a pesar que la lluvia les caía encima a cantaradas. El camino empezó a hacerse cada vez más empinado hasta que Natsu se detuvo de golpe. El suelo lodoso estaba tan rebaladizo que tuvo que sostenerse de un tronco para no ir hacia atrás.

— ¿Que ocurre? — preguntó Lucy llegando a su lado. Sus botas se deslizaron un poco haciéndole perder el equilibrio pero Natsu fue más rápido y la tomó de la cintura con su brazo libre, ayudándola a mantenerse en el lugar — A-arigatou... — murmuró la chica al tiempo de Natsu señalaba hacia el frente con la cabeza.

Frente a ellos se erigía un edificio antiguo construido con grandes bloques de piedra. Era un templo antiguo perdido en medio de la selva; el templo que habían ido a buscar para su misión. Con cuidado y sosteniéndose de los árboles, avanzaron hasta llegar a la escalinata de piedra y una vez en suelo seguro, corrieron a refugiarse entre los pilares que formaban la entrada a las ruinas.

En cuanto estuvieron a cubierto, Natsu sacudió su cabeza violentamente para sacudirse el pelo húmedo y Happy se separó de Lucy para sacudir sus alas. La rubia quedó atrapada entre las gotas de agua que lanzaban ambos, que reían mientras hacían aquello.

— Nee, Lucy, hazlo tú también, ¡Es divertido! — exclamó animado el pelirrosa como si aquello se tratara de un juego.

— No es gracioso...paren ya... — Lucy le devolvió a Natsu una mirada malhumorada y este frunció el ceño al ver a la rubia amargada

— ¿Cual es su problema? — le susurró Natsu a Happy. Happy se encogió de hombros y luego de eso siguieron sacudiéndose lejos de la chica para no molestarla.

Lucy por su parte, tendió el chaleco de Natsu sobre una roca saliente de las ruinas y estrujó sus ropas y sus cabellos. Giró su vista hacia los otros dos y soltó un suspiro al verlos.
Con sus brazos y piernas extendidas, Natsu estaba emanando calor de su cuerpo y Happy se calentaba las alas y las patitas a su alrededor.

— Mitte, mitte, Lushy...si no conseguimos recompensa podemos vender a Natsu como secadora.

— ¡Oe! ¿Porque no te vendemos a ti como secadora?

El trio hechizado (NALU-FAIRY TAIL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora