...Sin embargo debes enfrentar lo que puede venir con ellas
Llevo diez días visitando a Peter con la intención de dejarle siempre flores frescas, y que sienta en donde quiera que esté que estoy siempre aquí.
Tocan a mi puerta y supongo que es Alex, así que grito un adelante, me quedo sentada en la orilla de la cama viendo como entra con una sonrisa sutil. Creo que se limita a sonreír de manera exagerada como siempre lo hace, con tal de no hacerme sentirme mal.
—Hice todo lo que me dijiste, pero aun no entiendo algunas cosas —dice rascándose la nuca, eso me hace pensar que está nervioso.
Al instante saca su cuaderno de su mochila, entregándomela para que la revise. Veo que los primeros ejercicios los hizo bien, pero en cuanto a los ejercicios con dificultad su procedimiento ya no son congruentes. Así que frunzo el entrecejo al ver cada uno de esos ejercicios y su intento de resolverlos.
—¿Qué es lo que hiciste aquí? —quiero saber mientras señalo uno de los ejercicios, la cual no entiendo como llego a pensar que era la forma correcta de hacerla.
Él duda en darme una explicación, se muerde el labio inferior antes de darme una respuesta.
—Es que...bueno no sé.
—Bien. No importa —lo interrumpo, supongo que no tiene la respuesta—. Volveré a explicarte, tal vez mi explicación no fue muy clara.
Diez días y aún no entiende lo que se hace. Me pregunto por qué sus padres decían que era muy inteligente y lo único malo de Alex era que hacia muchas bromas, que era muy inmaduro. Supongo que las bromas que hace son solo para llamar la atención y que es muy bueno escondiendo lo que no sabe de los cursos que recibe.
—¿Estas bien Cloe? —me pregunta viéndome fijamente.
Ladeo mi cabeza algo confundida, pero creo que me he perdido nuevamente en mis pensamientos así niego con la cabeza.
—Estoy bien. Solo estaba recordando varias cosas.
—¿Segura? —No está del todo convencido, lo noto por el gesto que hace—. No hay ningún problema si no quieres darme la clase. Podemos salir si quieres.
Siento pena por él, no quiero hacerle sentir mal. Y hacerle perder el tiempo, con todo lo que me pasa, Alex no tiene la culpa de nada.
—No, no es justo. Te prometí una hora diaria de clases y eso haré.
Niega la cabeza, sin apartar su vista de mí.
—Pero salir con alguien no te haría nada mal. Además te lo estoy pidiendo a cambio de mi clase de física.
—Salir no arregla nada. No me ayuda en nada.
Digo a secas, todos quieren ayudarme, pero no saben que no pueden hacer nada.
—Entonces... ¿Qué te puede ayudar? —con la pregunta su expresión ha cambiado a curiosidad.
En el fondo sé que tener a alguien a mi lado no es la solución. Sé que a todos les doy pena porque ya no me casaré, porque mi prometido falleció, porque ahora se dan cuenta que realmente lo ama demasiado.
—No puedo regresar a Peter —digo dando un leve suspiro—. Tengo mucha curiosidad por saber que era lo que Peter quería decirme. Quiero saber porque Dylan llevaba la chaqueta.
Me ve sorprendido, luego se acerca más con algo de curiosidad que puedo notarlo fácilmente. He visto esa cara millones de veces.
—Sabes a quien se lo dijo.
—Creo todos sus amigos lo sabían, la última en saber era yo.
El solo recordar la forma en que me lo dijo me hace estremecerme.
—Ya —dice poniéndose de pie y me extiende su mano para levantarme de la cama—. Dylan está en coma. Pero nada perdemos en ir a visitarlo.
Asiento con la cabeza, tal vez tenga razón, tal vez tenga una oportunidad de saber cuál era el plan de Peter, y tal vez eso me ayude a seguir adelante.
—¿Vamos por helado? —dice un poco animado.
Doy una leve una sonrisa y asiento sin decir nada más. Lo tomo de la mano y nos dirigimos a la puerta. Después de diez días puedo ver una salida.
***
Compro un ramo de margaritas y un globo para adornar la habitación. Al parecer sus padres no han querido arreglarla habitación, solo llegan un par de horas y se van. Eso fue lo que vi cuando llegué con Alex.
Al entrar a la habitación puedo sentir un ambiente frio, como si Dylan estuviese muerto. Sin embargo no es así, él está ahí en la camilla, en un sueño profundo, que nadie sabe cuánto durara.
Doy un suspiro profundo y me encamino hacia él, coloco las margaritas en un florero que llevaba en mi bolso; las coloco en la mesita que tiene a su lado derecho. Me acerco muy cuidadosamente, para poder arreglarlas; intentando no tocar los cables que están conectados a él. El globo lo veo e intento imaginarme donde quedaría mejor. Rodeo la cama y me decido por colocarlo a la izquierda, pero aun así veo que falta mucho para darle más vida a la habitación, que necesito más que unas simples margaritas y un globo que pronto se desinflara.
Mi intención es que Dylan pueda sentir que aún lo seguimos esperando. Tomo su mano tibia, la acaricio intentando que él pueda sentirlo, tan siquiera un poco.
No puedo dejar de pensar en él; Dylan está parado en una cuerda floja. Que es posible que no vaya a despertar. Nadie puede hacer nada para que despierte y lo único que hay que hacer es esperar a su lado.
—No hay rastros de alguna mejora —susurra la voz de una mujer.
Hace que salga de mis pensamientos, volteo a verla y puedo observar que es una de las enfermeras, le doy una leve sonrisa.
—Pero... ¿podría despertar?
—No estamos del todo seguros, pero si hubiera una mejora tendría más posibilidades.
Asiento levemente y al instante ella murmura un permiso retirándose de la habitación.
Volteo nuevamente a verlo, un escalofrío recorre mi cuerpo, haciendo que me estremezca. Puedo ver a Dylan dormido en la camilla, pálido, casi sin vida. Sin embargo corrió con mucha suerte; suerte de la que tenían sus demás amigos.
Solo espero y deseo con todo mi ser que mejore; para que a sus padres no les entre la idea de querer desconectarlo. Para que algún día despierte.
Creo que es suficiente por hoy, me acerco hacia él dándole un beso en la frente como despedida. Me acerco hacia su oído un poco más.
—Espero que te recuperes pronto —le susurro con gran anhelo que pueda escucharme.
Después de unos minutos de verlo, salgo de la habitación con menos ganas de las que tenía cuando entre. No sé si lograre mi cometido. Y más que eso me duele que Dylan no mejore, que es posible que él también sea un fallecido más del falta accidente.
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Una primavera gris
RomanceCloe pierde a su novio Peter, en un accidente. Dejando muchas cosas inconclusas, y en especial una conversación pendiente. A pesar del apoyo de sus padres Cloe, no sabe como seguir con su vida, mejor dicho, no sabe como dejara a Peter atrás. ...