Capítulo 17. Devuelta en Casa

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POV Mía

Estoy de vuelta, con mi madre como he querido desde el momento en que salí por la ventana de mi casa... Estoy de nuevo con mi madre.

La madre de Sofia me mira con odio mientras la conducen a la patrulla, la madre de Jake logró escapar y no hay noticias de Jake desde hace mucho, o no desde la vez que intento ayudarme a escapar. A mi alrededor tengo una manta de aluminio, la herida en mi brazo ha sido curada- como debe ser- y me encuentro sentada en la parte inferior de una ambulancia. Mi madre baja del auto y corre hacia mi con la mejillas empapadas en lágrimas y las mías no tardan en aparecer.

—Mia, aquí estoy amor, aquí estoy. Oh Dios...— Su voz se pierde en sollozos y yo la abrazo con toda la fuerza que me queda.

—Lo siento, mamá lo siento mucho... De verdad no sé porque demonios lo hice. Perdoname por favor.

El nudo en mi garganta se hace cada vez mas doloroso a medida que digo cada palabra y trato de no llorar con todas mis fuerzas, al final es en vano. Vuelvo a caer en los brazos de mi madre y es en ese momento en que me doy cuenta cuanto la he extrañado.

Supongo que debo explicar como salí de ese lugar, como fue el proceso y como ocurrió todo. Antes de que crean cualquier cosa, no, la policía nunca entró a la fuerza en el almacén, ni nada por en estilo

No había visto mas a Savannah desde la vez que me explicó porque todo lo que hacía. Sin embargo, si tenia la molesta presencia de Margaret, a cada instante venía, me insultaba, me maltrataba o se reía de mi situación. Nunca he deseado matar a alguien, jamás, y a ella la quiero matar lenta y dolorosamente.

Cuando me encontraba a solas sumida en la completa oscuridad, lo máximo que yo hacía era recordar a mi madre, a mi padre, a Luke e incluso a Sofia, a imaginar como hubiera sido mi vida si no conociera a Jake... Luego caía en cuenta que no habría mucha diferencia. No era Jake el que me odiaba, era su madre y Savannah, así que con o sin su ayuda, yo hubiera estado en la misma situación. Decidí intentarlo una vez mas, esa vez por mi cuenta y cada qje tenía oportunidad, trataba de soltar mis manos.

—Ultimamente te has portado bien ¿sabes? Te mereces un premio por ser una buena niña— Ladró Margaret parándose frente a mi.

—Escucha, no entiendo porque estas haciendo esto. Eres como la secuas de Savannah... No tienes tanto odio hacia mi madre, piensa en Jake por primera vez. ¡Piensa en tu hijo!

—¡Callate! Es por él que lo hago. No sabes lo difícil que fue que Jake creciera sin un padre. No pude criarlo como debía, no logré tener el control sobre Jake. Se volvió grosero y pedante. Por culpa de tu madre ¡Ella me quito a mi esposo!

—Mi padre nos abandonó cuando yo tenia siete años ¿Que opinas sobre eso? Él pudo buscarte durante todo ese tiempo, pasar tiempo con Jake, fue a él que no le dio la gana ¡Mi madre no tiene la culpa!. Solo eres un peón mas en el plan de Savannah, muy en el fondo no tienes un motivo contundente para tenerme acá ¿no es cierto? Solo te utiliza ¡Solo estas siguiendo los pasos de una sombra mucho mas grande que tu!

—¡Insolente! Tan bien que te habías portado... Lo bueno es que dentro de muy pocos te vamos a matar.

Salió del almacén dejandome completamente sola, sumida nuevamente en la oscuridad y con el último intento logre desatar mis manos. Desate mis pies y busque una salida, traté por la puerta (Eso sería lógico) y también sería lógico que estuviera cerrada o con vigilantes así que tuve que buscar otra opción.

Palpé las paredes del lugar para buscar un interruptor y encender la luz- si es que había- así me ayudaba a buscar una salida. Parecía en vano, el lugar era inmenso y estaba perdiendo el tiempo. No podía ver casi nada, el almacén era iluminado débilmente por una ventana que se encontraba en la parte mas alta de este. Unicamente la silla que se encontraba justo en una esquina del lugar era iluminada por una luz que provenía de ningún lado, como si ella misma despidiera su propia luz.

Opte por arrodillarme e intentar buscar una salida, algo así como los agujeros que hacen los perros, también parecía en vano. Mi única solución era el techo, y la ventana que era tapada por unas tablas. Y aun cuando logrará subir ¿Como bajaría? Además me podían ver los guardias. Me asome por una ranura de la puerta para observar, logré ver dos hombres, tomaban cerveza recostados de una camioneta, ajenos a lo que sucedía.

Tuve una idea. Mire a mi alrededor y encontré un tubo. Volví a sentarme en la silla en la posición anterior sin soltar el tubo con fuerza. Y comencé a gritar no sin golpear con fuerza una de las paredes haciendo un ruido horrible.

—¡No, por favor te lo suplico! ¡No, no no!— Otro golpe.

—¿Que sucede?

Los guardias entraron y corrieron hacía una chica "moribunda"

—¿Que ocurre niña?— Balbucee— ¿Que dices?

Se acerco y aproveche para golpearlo con el tubo, dos veces y cayó, el otro saco un arma. No sería capaz de disparar, le temblaban las manos y comenzaba a sudar.

Ya no me importaba nada. Al final lo había aceptado, era ganar o morir. Sonreí y me paré firme frente a él.

—Me harías un favor... Mi vida se ha ido a la mierda. Matame ¡Matame!

Lo intentó, de verdad lo había hecho, sin embargo sus manos de gelatina lo traicionaron, el disparo le dio a cualquier parte menos a mi. Soltó el arma y yo lo golpeé con la mía.

Cuando salí del almacén, la luz del sol me cegó por un momento. Al recuperar mi vista, veo a Savannah cerrar la puerta de su auto y caminar molesta hacía mi. Sacó un arma y me apuntó. De ella no dude...

—Savannah, para con esto. No tienes porque hacerlo.

—Creeme Mía, ahora mas que nunca tengo motivos para hacerlo.

Cuando la detalle, noté que había perdido la cordura por completo.

—La... La maté — Susurró y sonrió. Me erice de inmediato.— De verdad lo hice.

—¿A quien mataste?— Mi voz sonaba temblorosa.— ¡Savannah ¿A quien mataste?!

—So... ¡Por tu culpa! ¡Tienes la culpa de todo! ¡Te voy a mata...

Sonaron las sirenas, ella miro a su alrededor, yo seguía en shock, había sido capaz de matar a su propia hija.

Lo siguiente no lo recuerdo, la detuvieron y a mi me colocaron la manta. Yo solo pensaba en Sofia, yo solo pienso en Sofia.

—Mia...

Todo por el amor de mi vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora