Nunca había navegado mares tan profundos y es que nunca lo he echo pero sentía una lejanía muy aterradora hacia mi profundo ser, no me encontraba aunque resaltará en tantas cabezas cuadradas, no me encontraba aunque gritara en escalas mayores, solo veía como unos pilares se derrumbaban de a poco en poco y con prisa corría para no ser parte del desastre pero el desastre ya estaba en mi, desde que el eslabón más fuerte se desprendió cada día es una pesadilla que aunque la convierta en una bonita aventura la naturaleza de esa inquietud seguía atormentándome.