Los Juegos de Sangre

Introducción

Cross-over de Harry Potter y Los Juegos del Hambre

Tras la caída de Voldemort, lejos de darse por vencidos, los mortífagos, más numerosos de lo que los aurores creían, toman el poder del Ministerio de Magia y de Hogwarts y crean los Juegos de Sangre. Unos juegos donde magos de todas las escuelas mágicas del mundo, hijos de muggles o no, sangre limpias o sangre sucias, tendrán que enfrentarse y matarse entre sí hasta que quede un único superviviente, que se proclamará vencedor de los juegos.

Hermione y sus compañeros se ven obligados a volver a Hogwarts por orden del Ministerio de Magia, pero el colegio ya no es lo que era: no es más que un escenario del que elegirán los tributos, los representantes, de Hogwarts en aquellos siniestros juegos. Por desgracia, Ginny sale elegida y Hermione, arrastrada por un impulso fraternal y el miedo a que Molly tenga que perder un hijo más, decide sustituirla en los juegos, pero ello hará que otra persona también se presente voluntaria para hacer de tributo en los juegos: Ron, su... ¿mejor amigo? Lo cierto es que Hermione no sabe muy bien cómo referirse Ron pues no han hablado aún del beso de la Batalla Mágica, por lo que su relación es muy confusa. Relación que se volverá aún más confusa cuando Draco Malfoy le proponga una tregua que le hará sentir cosas que hasta ahora jamás hubiera sospechado...  

Los personajes no me pertenecen, son de JK Rowling, y la idea de los Juegos de Sangre son una mera adaptación de los juegos desarrollados en la triología Los Juegos del Hambre de Susanne Collins, por lo que tampoco me pertenece.